En verdad, anunciamos una historia maravillosa que podría parecer demasiado buena para ser cierta; pero es verdaderamente triste que la multitud de hombres siga sus caminos tras nimiedades y considere como simples sueños estas grandes realidades. Yo estoy sumido en la consternación ante el hecho de que el gran amor de mi Señor, que lo condujo a morir por los hombres, no sea considerado digno de su atención, y mucho menos de su fe. Se trata de un desposorio celestial, y verdaderas nupcias reales son puestas al alcance de ustedes; pero con una mirada de desprecio desechan todo eso y prefieren las fascinaciones del pecado.
C. H. Spurgeon, sermón #2047 - No debemos transigir.
miércoles, 19 de mayo de 2010
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