jueves, 28 de julio de 2011

“Es indebido decirle a un hombre que tiene que arrepentirse antes de que pueda confiar en Cristo, pero es correcto decirle que habiendo confiado en Cristo, no es possible que siga siendo impenitente”.
C. H. Spurgeon – Sermón #3434 – Volúmen 60.
El nombre de ‘santo’, si no está justificado por la santidad, es una ofensa para los hombres honestos, y mucho más para un Dios santo. Una sonora y atrevida confesión de cristianismo sin una vida cristiana que la respalde, es una mentira aborrecible a Dios y al hombre, una ofensa contra la verdad, una deshonra para la religión, y es precursora de una maldición marchitante.
C. H. Spurgeon - Sermón #2107 - La Higuera Seca

domingo, 24 de julio de 2011

Diario de Spurgeon

21 de Mayo – 1850

¡Glorioso día, qué felicidad sería que todos fueran como éste! ¡Oh, la seguridad de un cristiano, que está tan seguro, aunque no tan bendecido, como cualquier santo en el Cielo! Señor, ¿cómo podría dejarte? ¿A quién, o adónde iría? Tú eres el centro de mi amor, todos los nombres gloriosos en uno, Tú eres el más refulgente, el más dulce, el más hermoso Ser que los ojos hayan visto o los ángeles hayan conocido. Yo confío en Ti para mi salvación; sin Ti, no puedo hacer nada. ¡Yo soy una completa debilidad; Tú tienes que hacerlo todo o pereceré! ¡Amor de mis amores, que sobrepasa a todo amor, fija mi corazón errabundo en Ti!

jueves, 21 de julio de 2011

La Salvación es Perpetua

Para usar una antigua figura: asegúrense de comprar un boleto que cubra la ruta completa. Muchas personas sólo han creído que Dios las salva temporalmente, en tanto que sean fieles, o en tanto que sean denodadas. Amados, crean que Dios los guarda fieles y denodados toda su vida; compren un boleto por el trayecto completo. Obtengan una salvación que cubra todos los riesgos. No hay ningún otro boleto emitido por parte de la oficina autorizada excepto un boleto por la ruta completa. Cualquier otro boleto es una falsificación. Quien no pueda conservarlos perdurablemente, no puede conservarlos por un día. Si el poder de regeneración no dura toda la vida, podría no durar ni siquiera una hora. La fe en el pacto eterno agita la sangre de mi corazón, me llena de gozo agradecido, me inspira confianza y me enardece de entusiasmo. No podría renunciar nunca a mi creencia en lo que el Señor ha dicho: “Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí”. ¡Que Dios los bendiga, por Cristo nuestro Señor! Amén.
C. H. Spurgeon - Perseverancia en Santidad #2108

miércoles, 20 de julio de 2011

Aspectos de la Santidad

3. Lo relativo al alcance del pecado

No debemos cometer ningún error acerca de ésto: la única base segura para nuestro entendimiento es lo que la Biblia enseña. “Todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6: 5). “Engañoso es el corazón más que todas las cosas” (Jeremías 17: 9). El pecado es una enfermedad que invade todas las facultades de nuestra mente: el entendimiento, los afectos, los poderes de razonamiento y la voluntad, todos están infestados. Incluso la conciencia está cegada de tal manera que no se puede confiar en ella como una guía segura para el recto comportamiento, a menos que sea iluminada por el Espíritu Santo.

Todo esto puede quedar oculto por una muestra exterior de cortesía. Es verdad que muchos seres humanos tienen unas nobles facultades y muestran una inmensa capacidad para alcanzar la excelencia en el arte, la ciencia y la literatura. Pero es un hecho que en las cosas espirituales estamos ‘muertos’. Naturalmente no tenemos temor ni amor de Dios en nuestros corazones. Lo que es mejor en nosotros está tan mezclado con la corrupción, que el contraste únicamente sirve para demostrar el alcance del pecado en nosotros.

El poder del pecado es tal que, incluso después de haber experimentado la conversión por la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas, sentimos todavía su fuerza. Nunca nos hemos deshecho de las raíces del pecado en nosotros. En cuanto a los creyentes, de lo que podemos estar seguros es que el pecado está debilitado y contenido por la gracia por la gracia de Dios en nosotros. Pero tenemos que pelear diariamente la batalla entre los deseos de la carne y del espíritu, y eso es un testimonio del enorme poder y de la vitalidad del pecado.

No conozco ninguna prueba más sólida de la narración bíblica del origen de la humanidad, que esta universalidad del pecado. Si aceptamos que todos los seres humanos han descendido de una pareja, y que esa pareja se rebeló contra Dios, entonces el estado de nuestra naturaleza humana es fácilmente explicable. Si negáramos la historia del Génesis, como hacen algunos, entonces es difícil explicarnos el sorprendente alcance y poder del pecado hoy día.

Dichoso es el creyente que entiende el hecho del pecado, y que puede decir: “Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”, sin olvidar jamás que hay que vigilar y orar para no caer en tentación.

J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad

domingo, 17 de julio de 2011

Aspectos de la santidad

2. El origen y la fuente del pecado

Nuestra pecaminosidad no comienza desde afuera de nosotros, sino desde adentro. No es el resultado de un mal aprendizaje en los primeros años; no es algo copiado de malos compañeros y de malos ejemplos. ¡No! Es una enfermedad familiar con la que nacemos, heredada de nuestros primeros padres: Adán y Eva. “El pecado entró en el mundo por un hombre… (Romanos 5: 12). El bebé más hermoso nacido en este año no es “un pequeñito inocente”, sino un pecador pequeño. Sólo observen cómo se desarrolla y pronto verán en él los gérmenes del engaño, del mal carácter, del egoísmo, del capricho, de la obstinación, de la avaricia, de los celos y de la pasión, que si son tolerados y se quedan sin corrección, crecerán tan rápido como la maleza en el jardín. ¿Quién le enseñó al niño esas cosas? ¡Sólo la Biblia puede responder esa pregunta! “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7: 21-23).

J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad

sábado, 16 de julio de 2011

Aspectos de la Santidad

1. Algunas definiciones de pecado

El pecado es esa vasta enfermedad moral que afecta a la raza humana entera. Un pecado consiste en hacer, decir, pensar o imaginar cualquier cosa que no se conforme perfectamente a la mente y a la ley de Dios. La más ligera separación, externa o interna, del completo acuerdo con la voluntad y el carácter revelados de Dios, es un pecado, y de inmediato nos hace culpables a Sus ojos. Es demasiado fácil quebrantar la ley de Dios en pensamiento o deseo aun cuando no haya un acto visible de impiedad. Nuestro Señor estableció ese punto más allá de toda disputa en Su Sermón del Monte (Mateo 5: 21-28).

Es también fácil quebrantar la ley de Dios cuando se omite hacer lo que Él exige. Jesús dejó esto muy en claro también: “Tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber” (Mateo 25: 42). Y debo recordarles que es posible cometer algún pecado, y, sin embargo, ser ignorante de ello. Al pueblo de Dios, Israel, se le instruyó que hay pecados de ignorancia (Levítico 4) lo cual fue confirmado por nuestro Señor cuando dijo: “Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco” (Lucas 12: 48). Haríamos bien en recordar que nuestro conocimiento imperfecto no es la verdadera medida de nuestra pecaminosidad!

J. C. Ryle - Traducción de Allan Román

miércoles, 13 de julio de 2011

El Pecado

el pecado es infracción de la ley (1 Juan 3: 4)

Un recto conocimiento del pecado es la base de un verdadero entendimiento del cristianismo. Sin eso, tales verdades como la justificación, la conversión y la santificación, son únicamente palabras y nombres. Lo primero que Dios hace cuando atrae a la gente hacia Sí, es hacerlos reconocer interiormente que son pecadores culpables. Así como la creación del mundo comenzó con la llegada de la luz (Génesis 1: 3), así esta nueva conciencia de pecado es el comienzo de la recreación espiritual de una persona. Dios brilla en nuestros corazones por el Espíritu Santo y entonces comienza nuestra vida espiritual (2 Corintios 4: 6).

Aspectos de la Santidad - J. C. Ryle

lunes, 11 de julio de 2011

Diario de Spurgeon

20 de Mayo – 1850

Asistí a la reunión de oración y participé en la oración. ¡Cuán inextinguible es la fuente de la que proviene mi vida! ¡Cuán ilimitada la reserva de donde viene mi provisión! He de ser salvo, pues la Omnipotencia ha asumido mi salvación. ¡Otro día glorioso, otra visita de Su gracia vivificadora; bendito sea el nombre del Señor! El servicio del Señor sería un servicio dichoso, aun si un disfrute como éste fuera su única recompensa. ¡Cuán dulce son las visitas de Su gracia, dulces más que miel, y que la que destila del panal!

martes, 5 de julio de 2011

Diario de Spurgeon

19 de Mayo – 1850

Fui a la escuela dominical. El señor S. predicó esta mañana sobre 2 Corintios 3: 6-8. ¡Cuán glorioso es el ministerio de vida, cuán hermosas las tablas de piedra cuando están encerradas en el arca bendita del pacto! Por la tarde, Ezequiel 36: 27. Por la noche, “¿Qué es la verdad?” En cuanto a interés, los sermones de hoy han sido un fracaso. Les hablé a los niños sobre la oración. Fuimos a visitar, con el señor M. a seis nuevos niños. Por la noche estuve en casa del señor B. Me involucré en la oración en su altar familiar. Hoy ha sido un día soleado para mí. El Señor me ha visitado desde lo alto. ¡Gózate, oh alma mía, alégrate, y renueva tu fuerza; corre, corre, en el nombre del Señor! Él está conmigo, Él ha estado conmigo. ¡Ha convertido la debilidad en fuerza! ¡Poderoso para salvar, Tú recibirás todos mis más nobles cantos! ¡Que Tu gracia me constriña a amarte, y a vivir para Ti! ¡Yo estoy sepultado con mi Señor y Salvador; que sea yo crucificado al mundo, y que muera diariamente! ¡Cuán cierto es que Tu yugo es fácil, y Tu carga ligera! Puedo hacerlo todo por medio de Cristo Jesús.