domingo, 31 de agosto de 2008

Cartas desde el sufrimiento - No.4

Cannes
31 de Enero (probablemente de 1878)

A mi Iglesia y a mi Congregación amadas
Queridos amigos:

El viaje hasta aquí es largo para alguien que experimenta una salud quebrantada, y no he tenido sino unos cuantos días de reposo, pero ya siento que estoy mejorando. El servicio del Señor en medio de ustedes ha sido muy deleitable para mí, pero ha crecido a tales proporciones, que he llegado a sentir su peso sobre mi ánimo, y he sufrido más depresión de corazón y debilidad mental de lo que podría expresar adecuadamente. No podía encontrar descanso en casa, donde cada hora tiene sus cuidados; pero aquí, dejo de ocuparme por completo en todas esas cosas y la mente se pone como un arco distendido y así recupera su elasticidad.

Yo quisiera poder trabajar continuamente entre ustedes y no hacer nunca ni siquiera una pausa, pero mis muchas debilidades demuestran que esto no puede ser. Oren entonces para que esta pausa necesaria en mi trabajo me fortalezca para una larga campaña de primavera y verano.

Nada puede alentarme tanto como saber que todos ustedes están viviendo para Jesús y viviendo como Él. Nuestra iglesia ha producido grandes obreros en el pasado y yo espero que el sagrado entusiasmo que ellos manifestaron no arda débilmente entre nosotros. Jesús es digno de que le sirvamos con lo mejor de nosotros, sí, con todo nuestro ser, y de que lo hagamos de una manera intensa y con una entrega total. Que nuestros jóvenes y nuestras jóvenes amen mucho al Señor y ganen a otras personas para Él mediante su celo por Dios, y que nuestros ancianos y las matronas que están entre nosotros, demuestren siempre en su santa conversación y en su devota piedad, que son los pilares de la iglesia.

Mantengan las reuniones de oración al nivel requerido. Ocúpense de supervisar bien las escuelas y todas las clases, y las demás labores que desempeñan para Jesucristo. No permitan que nada respecto a la oración, al servicio y a las otras labores para Jesucristo llegue a flaquear. Tenemos una gran confianza y pedimos que el Señor nos haga fieles al servicio.

Mi amor está con todos ustedes al igual que mis oraciones por su bienestar.

Oh, que ustedes que no son salvos todavía, sean conducidos a Jesús a través de aquellos que suplen mi falta de servicio. La paz sea con el copastor, los diáconos y los ancianos y con todos ustedes.

De su amante pero indigno pastor:

C. H. Spurgeon

jueves, 28 de agosto de 2008

Conferencias sobre viajes

Si no pudieran viajar, recuerden que nuestro Señor Jesucristo es más glorioso que todo lo demás que pudiesen ver. Obtengan una visión de Cristo, y habrían visto más de lo que los montes y las cascadas y los valles y los mares pudieran mostrarles. La tierra pudiera darles su belleza, y las estrellas su brillo, pero todas estas cosas puestas juntas no podrían rivalizar con Él.
Conferencia sobre viaje dictada por el señor Spurgeon.

Los manjares de los Puritanos

Aseveramos en este día que, cuando tomamos un volumen de teología de alguno de los puritanos, encontramos en una página solitaria más pensamiento y más instrucción, más Escritura y más enseñanza real, que en folios enteros de las efusiones del pensamiento moderno. Los hombres modernos serían ricos si poseyeran aunque fuese las migajas que caen de la mesa de los Puritanos.
Opinión de C. H. Spurgeon.
Tomado de Spurgeon, Heir of the Puritans. Ernest W. Bacon, Christian Liberty Press.
Spurgeon, Heredero de los Puritanos.

viernes, 15 de agosto de 2008

Cartas desde el Sufrimiento - No.3

Nightingale Lane
Clapham
7 de Mayo de 1876

Queridos amigos:

Me siento muy abatido, débil y lleno de dolor esta mañana y no puedo escribir mucho. Trato de ser paciente pero anhelo estar con ustedes, empeñado de nuevo en mi amada obra. Les suplico que oren por mí, y entonces podré esperar ocupar mi puesto el próximo domingo.

El acuerdo del cambio en la admisión para el próximo domingo, habrá de ser pospuesto por ahora: sus boletos estarán disponibles y confío que todos ustedes estarán ocupando sus lugares. En otro trimestre, si Dios quiere, espero implementar el plan propuesto. Me aflige mucho tener que renunciar a ese plan en esta ocasión.

Su grande amor y paciencia son de mucho consuelo para mí. Ruego a los creyentes que hagan más por Jesús para compensar mi ausencia, y le suplico al Señor que salve a los que todavía están indecisos, y que bendiga el ministerio de quienes ocupan mi lugar. Sufro grandemente en estos precisos momentos: si el Señor obra en medio de ustedes en mi ausencia, seré en verdad consolado. Oh, vivan para la eternidad y trabajen por Jesús mientras puedan.

Su ministro sufriente,

C. H. Spurgeon.

Nota: el plan propuesto mencionado en esta carta, fue llevado a cabo el 16 de Julio de 1876. En el servicio nocturno de ese domingo, se les pidió a los miembros de la iglesia y a los que tenían derecho de apartado para los asientos en el Tabernáculo, que no asistieran esa noche para que dejaran disponible el edificio para nuevos visitantes. El señor Spurgeon comentó posteriormente que ‘multitudes de nuevos visitantes asistieron, tanto de las clases más ricas como de las más pobres de la población, de tal forma que el Tabernáculo estaba lleno semejando un barril saturado de arenques… Nuestros propios amados miembros de la iglesia tuvieron tres reuniones de oración, y un servicio al aire libre mientras nosotros predicábamos, y de esta manera no perdieron nada.’ Este plan fue repetido posteriormente cada tres meses.

jueves, 14 de agosto de 2008

La sencillez del verdadero Evangelio

Tres o cuatro hechos simples constituyen el Evangelio según lo expone Pablo en el capítulo quince de su primera Epístola a los Corintios: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.” Nuestra salvación depende de la encarnación, vida, muerte y resurrección de Jesús. El que cree rectamente en estas verdades, ha creído en el Evangelio, y creyendo en el Evangelio, encontrará en él, sin duda alguna, la salvación eterna.
Tomado de: La Resurrección de nuestro Señor Jesús. Sermón no.1653

martes, 12 de agosto de 2008

Nuestra mira en las cosas celestiales

Ahora, justo como Jesucristo llevó, después de Su resurrección, una vida muy diferente de la que había llevado antes de Su muerte, así, ustedes y yo, somos llamados a vivir una vida celestial y espiritual, elevada y noble, viendo que hemos sido resucitados de los muertos para no morir más. Gocémonos y regocijémonos en esto. Comportémonos como quienes están vivos de los muertos, como los hijos felices de la resurrección. No hemos de ser esclavos del dinero, o cazadores que van tras la fama mundana. No hemos de poner nuestros afectos en las impías cosas de este mundo muerto y putrefacto, sino que nuestros corazones deben volar hacia lo alto, como jóvenes pájaros que se han liberado de sus conchas, a lo alto, hacia el Señor y las cosas celestiales en las cuales Él quiere que pongamos nuestras mentes.
La Resurrección de nuestro Señor Jesús. Sermón no.1653

domingo, 10 de agosto de 2008

Cartas desde el Sufrimiento - No.2

Nightingale Lane
Clapham
30 de Abril de 1876

Queridos Amigos:

Hasta el día de ayer había albergado la placentera esperanza de predicar esta mañana, pero la noche del viernes sufrí un nuevo ataque de severo dolor, y desde entonces no he podido abandonar mi lecho. Espero que tengan paciencia para con su pobre pastor enfermo, que está ansioso por cumplir con su trabajo, pero que es incapaz de ponerse de pie, y está casi imposibilitado de pensar.

Aunque un gran dolor con frecuencia turba el juicio, yo le doy gracias a Dios porque no se me ha permitido dudar de la bondad del Señor al afligirme, y, más bien, bendigo Su santo nombre por cada dolor agudo, a la vez que le suplico que produzca algo bueno de este mal presente. Si Él es glorificado en mí o por mí, seré el más feliz de los hombres.

Amados hermanos cristianos, laboren para Jesús mientras puedan, pues ustedes también podrían ser hechos a un lado.

Ustedes, que son inconversos, busquen al Señor de inmediato, pues pronto podrían estar colocados más allá de la misericordia.

Oren para que los dos amados hermanos que amablemente han asumido mi trabajo el día de hoy, puedan tener gran éxito en su predicación. Han tenido que sortear graves inconvenientes para venir y, por tanto, merecen nuestra amorosa gratitud.

Por favor, oren por mí. Sufro mucho y a ratos me siento abatido. Sin embargo, yo sé que el Señor es bueno.

Suyo muy afectuosamente

C. H. Spurgeon

jueves, 7 de agosto de 2008

Cartas desde el Sufrimiento - No.1

Nightingale Lane
Clapham
23 de Abril de 1876

Queridos Amigos:

Después de diez días de experimentar muchísimo dolor, ahora estoy mejorando, aunque todavía soy incapaz de caminar por mi habitación. Estoy seguro de que esto es bueno, pues es obra del Señor.

Mi gran desazón es no poder predicar y proseguir con la obra del Señor, pero, en respuesta a sus oraciones, creo que pronto estaré recuperado.

Soy una pobre y débil criatura para ser pastor de esa gran iglesia, pero estoy seguro de que el gran amor de ustedes tendrá paciencia conmigo. Yo me deleito en usar cada átomo de mi fortaleza en el servicio suyo, pero la carga es pesada, y mi mente desfallece ocasionalmente bajo su peso. Entonces la carne se adhiere a la mente y me convierto en un prisionero reducido a la impotencia.

Espero que la incapacidad del pastor sea un llamado para cada miembro de la iglesia, para hacer todo lo que esté de su parte para ganar almas y edificar la iglesia. Hagan que todo marche mejor de lo que marcharía si yo estuviera entre ustedes: sobre todo, les suplico que oren más. Una reunión de oración especial haría más bien para restaurarme, que todas los remedios que se pudieran obtener en el Salón de los Boticarios, por buenos que sean.

Anhelo ver que cientos sean salvados y agregados a la iglesia. ¿No hay algunas personas en la congregación que decidan hoy estar del lado del Señor?

Suyo en profundo amor

C. H. Spurgeon