miércoles, 30 de abril de 2014

Aspectos de la Santidad

8.
SEAN COMO MOISÉS

“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón (Hebreos 11: 24-26).

A quienes buscan un modelo de santidad práctica, yo les ofrezco a Moisés como un ejemplo. Me parece que la manera en que la fe en Dios moldeó la vida de Moisés nos muestra cómo podría moldear nuestras vidas. Su fe lo condujo a comportarse de cierta manera en que debemos comportarnos si deseamos vivir una consistente vida cristiana.

1.   A lo que renunció Moisés

a) Moisés renunció a una posición y a una grandeza en el mundo. Él rehusó ser conocido como el hijo de la hija de Faraón. Debido a que la princesa egipcia le había adoptado y educado como a su propio hijo, Moisés pudo haber sido un hombre muy importante en la corte egipcia. ¡Pudo haber tenido rango, poder, honor y títulos, todas esas cosas que mucha gente busca ávidamente!

b) Rehusó los placeres. En la corte egipcia le esperaban placeres de todo tipo: placeres sensuales, sociales e intelectuales. Egipto era un centro de saber, de arte y de ciencias. El placer es algo en lo que muchos invierten sus vidas para lograrlo. ¡Cuán grande tentación debe de haber sido todo esto para Moisés!

c) Moisés rehusó las riquezas. Las antiguas ruinas de Egipto nos dan alguna indicación de la riqueza y de la grandeza que una vez pertenecieron a ese país. Moisés creció en el palacio de Faraón. Él experimentó por sí mismo cuán cómoda podía ser la vida cuando se poseen tales riquezas. Qué tentación debe de haber sido poseer tal comodidad. Sin embargo, llegado el tiempo, encontró la fuerza para darle la espalda a todo eso.   
J. C. Ryle - Aspectos de la santidad