sábado, 12 de enero de 2013

El Amén



Los puritanos comentan –y es algo muy notable- que bajo la antigua ley, no se decía ningún amén para las bendiciones; el único amén era para las maldiciones. Cuando se pronunciaban las maldiciones era entonces cuando “decía todo el pueblo, Amén”. No hubo nunca un amén para la bendición bajo la ley. Ahora bien, es algo igualmente notable y más bendito aún que, bajo el Evangelio, no hay ningún amén para las maldiciones, y que el único amén es para las bendiciones. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”. “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene”. No hay ningún amén. No hay ningún amén para la maldición bajo el Evangelio. Pero “todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, en Cristo Jesús”. 
C. H. Spurgeon - Un Salmo para el Añor Nuevo

miércoles, 9 de enero de 2013

Cristo es poderoso para salvar


“He confiado con todo mi corazón en Aquel que vino a este mundo para salvar a los pecadores, y aunque yo fuera el primero de los pecadores, yo creo que Él es poderoso para salvarme”. 
Tomado del sermón #908 - Seguridad Garantizada en Cristo.

miércoles, 2 de enero de 2013

No seamos como metal que resuena


Ocúpense en que su amor crezca también. Si su amor ha sido una chispa, oren pidiendo que la chispa se haga una llama consumidora. Si ustedes le han traído a Cristo muy poco, oren para que puedan traerle todo lo suyo y que puedan ofrecer ese todo de tal modo que, como el frasco de alabastro quebrado por María, el rey mismo esté satisfecho con el perfume. Pidan que su amor se extienda más, que sientan amor por todos los santos; que sea más práctico, que mueva cada uno de sus pensamientos, cada una de sus palabras y cada una de sus obras; que sea más intenso, de modo que se conviertan en luces que ardan y brillen y cuya llama sea el amor a Dios y al hombre. 
C. H. Spurgeon - Un Salmo de Año Nuevo
No seamos como címbalo que retiñe. 

Un buen consejo para el 2013


A la par de escudriñar las Escrituras y de profundizar en su conocimiento de ellas, asegúrense de crecer en la gracia; y a la par de desear conocer la doctrina, anhelen sobre todo crecer en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo; y su estudio de la Escritura, y su crecimiento en la gracia y en el conocimiento de Cristo ha de estar supeditado a ese objetivo más preeminente, que es vivir para darle gloria tanto ahora como perdurablemente a Aquel que los amó y que los compró con Su sangre. 
C. H. Spurgeon - Un Salmo para el Año Nuevo

La amonestación que nos regala el pastor Spurgeon es más necesaria que nunca. Es importante conocer doctrina y es sumamente importante leer la Biblia, pero es más importante ir aplicando lo que vamos aprendiendo y más importante aún centrarnos en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Es preciso amar a nuestro Señor con locura, entregarnos a Él de todo corazón y tratar de asemejarnos más a Él cada día. De nada sirve el traje de justicia de Cristo si seguimos siendo podridos por dentro.

Unos buenos versículos que hemos de aprender de memoria y aplicarlos en cada instante de nuestra vida -en particular en el 2013- es:

"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí".

"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer". 
Juan 15: 4, 5. 
Feliz Año