¡Ah!, he
oído que algunos hombres hablan como si la fuerza del libre albedrío de la naturaleza
humana fuera suficiente para llevar a los hombres al cielo. El libre albedrío
ha llevado a muchas almas al infierno, pero nunca ha llevado todavía a un alma
al cielo. Ninguna fuerza de la naturaleza puede bastar para servir al Señor
debidamente. Nadie puede decir que Jesús es el Cristo sino por el Espíritu
Santo. Nadie puede venir a Cristo si el Padre, que ha enviado a Cristo, no le trajere.
Si, entonces, el primer acto de la vida cristiana está más allá de toda fuerza
humana, ¿cuánto más están más allá de cualquiera de nosotros esos pasos más
elevados?
C. H. Spurgeon - Sansón Vencido #224