viernes, 30 de abril de 2010

Diario de Spurgeon

4 de Mayo – 1850

Llegué a Newmarket a las 9. Me siento con el espíritu en alto. He andado repartiendo folletos. ¡Ayúdame a servirte, oh Señor mío! Hay un reporte en la iglesia que el señor S. y yo nos hemos metido en berenjenales. El señor A. me informó muy ásperamente al respecto. El señor H. no quiere participar en la comunión porque muchas personas han asistido a las carreras. Mi Señor lo sabe; no tengo necesidad de decirle que soy inocente. Aunque sea echado fuera y sea rechazado por los discípulos, el Señor no echará fuera a uno de Sus elegidos. En este sentido, puedo lavar mis manos en inocencia.

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