viernes, 23 de abril de 2010

"Es la Palabra de Dios, no nuestro comentario sobre la Palabra de Dios, lo que salva almas". Fue el pastor Spurgeon quien dijo estas sabias palabras en su sermón intitulado: La infalibilidad de la Escritura. Por esta razón, él repetía en sus sermón algunos versículos tales como Marcos 16: 16 ó Hechos 16: 31. Es el poder que sale con la palabra de Dios que dice al hombre de la mano seca: "Extiende tu mano", y él la extendió, que dice: "Arrepentíos" y los hombres elegidos se arrpienten en el momento determinado por Dios, es el poder que dice al ciego de nacimiento: "Pues le has visto, y el que habla contigo, él es", y hace decir al ciego: "Creo Señor". Es el poder del que Isaías nos informa lo siguiente: "Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. "Mirad a mí", fue la palabra de Dios que abrió los ojos de Spurgeon una fría mañana de invierno, y miró, y fue salvo.

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