En la Palabra de Dios la enseñanza tiene una dignidad única. Este Libro es inspirado de una manera que ningún otro libro es inspirado, y ya es tiempo de que todos los cristianos manifiesten esta convicción. Yo no sé si ustedes han leído la vida de nuestro fallecido amigo, George Moore, escrita por el señor Smiles; pero en esa biografía leemos que, en una cierta cena, un hombre muy culto señaló que no sería fácil encontrar una persona de inteligencia que creyera en la inspiración de la Biblia. Al instante se escuchó la voz de George Moore a través de la mesa, diciendo con valentía: "yo soy uno que sí cree." No hubo un solo comentario más. Mi querido amigo hablaba de una manera muy fuerte, según lo recuerdo, pues en algunas ocasiones competimos él y yo para ver quién hablaba más fuerte, una vez que estábamos reunidos en su casa de Cumberland. Me parece oír su forma enfática de decir: "yo soy uno que sí cree." No seamos tardos en adoptar el lado pasado de moda e impopular, y digamos de inmediato: "yo soy uno que sí cree."
C. H. Spurgeon, sermón #2013 - La infalibilidad de la Escritura
viernes, 23 de abril de 2010
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