jueves, 1 de abril de 2010

A propósito de las vacaciones de la semana santa

He notado a menudo que, cuando alguno de nuestros amigos sufre accidentes y problemas, lo hace usualmente cuando anda de vacaciones; es algo curioso, pero lo he observado con frecuencia. Salen llenos de salud, y regresan enfermos; nos dejan y se van con todas sus extremidades sanas, y regresan lisiados a nosotros; por tanto, debemos pedirle a Dios que cuide especialmente a los amigos que están en el campo o junto al mar, y hemos de encomendarnos en Sus manos dondequiera que estemos. Si tuviéramos que ir a un lazareto, ciertamente le pediríamos a Dios que nos protegiera de la lepra mortal; pero deberíamos buscar igualmente la protección del Señor cuando estemos en el lugar más sano o cuando nos encontremos en nuestros hogares.
C. H. Spurgeon, sermón #2644

1 comentario:

César Tuñón dijo...

No sabía que el gran predicador Spurgeon se preocupara de la salud e integridad de los feligreses y oyentes de sus sermones. Esta es una actitud que muy poco, por no decir nunca, se vé de los líderes de las congregaciones con respecto a sus fieles.
Bendiciones, César Tuñón, www.vidacristianareformanda.wordpress.com