Los exhorto a cultivar el hábito de orar con brevedad durante todo el día. Ya les he comentado anteriormente acerca del puritano que, en un debate, fue visto tomando notas, y cuando fueron examinadas posteriormente, se descubrió que no había nada en el papel, excepto estas palabras: “¡Más luz, Señor! ¡Más luz, Señor! ¡Más luz, Señor!” Necesitaba luz sobre el tema bajo discusión, y, por tanto, se la pedía al Señor, y esa es la manera de orar. Tú puedes orar durante el día: “Señor, dame más gracia. Señor, sujeta mi temperamento. ¡Dime, oh Dios mío, qué he de hacer en este caso! Señor, dirígeme. Señor, sálvame.” Oren de esta manera, y estarán imitando el buen ejemplo de brevedad en la oración que nuestro texto coloca ante ustedes.
C. H. Spurgeon. Sermón no.3186, La Oración más breve de Pedro: "¡Señor, sálvame!"
lunes, 1 de junio de 2009
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