24 de Mayo – 1850
Un día de dicha inmerecida. No estoy desterrado por completo de la presencia del Señor. He aquí, aunque Él me matare no podría hacer otra cosa que esperar en Él, puesto que he recibido grandes muestras de Su amor. ¡Señor, cuando me encuentre sumido en oscuridad y en zozobra, cuando mi cabeza esté inclinada hasta el suelo, regresa entonces a Tu siervo para animarlo y apoyarlo! ¡Para siempre, oh, para siempre amarrado al Arca, y protegido del diluvio, llegaré al fin a la terra firma (tierra firme) de gloria! ¡Oh, no permitas que Te deshonre! ¡Que nunca cause oprobio a la causa de Cristo! Guárdame, y estaré infinitamente seguro, y reposaré seguramente.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
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1 comentario:
Querido hermano Alan... Gracias por la traducción del sermón "Calculando el costo". Estos son tiempos donde "muchos siguen a Cristo", pero pocos esta comprometidos TOTALMENTE CON EL. Adelante en esta labor para el Señor! Saludos
Martín Palormo - San Luis, Argentina
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