Yo no creo que ningún cristiano trabaje demasiado duro y, como regla, si los que se matan en el servicio de Cristo fueran enterrados en un lote especial en un cementerio, pasaría mucho tiempo antes de que se llenara. Trabajen muy duro por Cristo.
C. H. Spurgeon – Volumen 62, Sermón #3499
viernes, 18 de noviembre de 2011
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