Sería algo triste estar desprovisto por completo de un paladar natural; yo conozco a una persona que no tiene el sentido del gusto. El poeta Wordsworth careció durante años del sentido del olfato. Él era un caso muy notable, con una mente muy sutil, muy preciosa, muy hermosa. Una vez, durante un lapso muy breve, le regresó el sentido del olfato cuando estaba entre los brezos, y ustedes saben cómo cada ‘primavera’ (flores amarillas) a la vera del río tenía palabras para Wordsworth, y le hablaba realmente; y cuando le llegaba el dulce perfume de las apreciadas flores de mayo, el poeta quedaba muy arrobado, como si por un breve lapso hubiera entrado en el cielo. Pero el sentido del olfato pronto se esfumó, y otra vez se vio infelizmente desprovisto de él. La flor más rica, el más dulce arbusto no podrían ser nada para el hombre cuya nariz fuera insensible a su perfume.
C. H. Spurgeon - El Mejor Banquete de Navidad
viernes, 2 de diciembre de 2011
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