23 de Mayo – 1850
Fui a la capilla; había muy pocas personas allí. “Confortará mi alma”. ¡El mismo tema de nuevo! ¡Cuán cierto es eso; cómo me ha revivido! Breves pero gloriosos son los días de mi refrigerio que valen años de aflicción y turbación. ¡Oh Amado mío, si mi camino se extendiera sobre los rescoldos del infierno durante toda mi vida, con sólo que Tú te mostraras, me apresuraría a atravesar el fuego para encontrarme contigo! No he experimentado tanto éxtasis como en algunos días anteriores. ¡Yo soy del Señor para siempre; cuánto le debo! ¡Abogado, Hermano, Esposo mío, no permitas que mi primer amor pierda calor y se enfríe! ¡Guárdame y presérvame en Tus manos!
domingo, 6 de noviembre de 2011
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