"Un día, vi a un hombre sentado a una mesa, con su servilleta debajo de su barbilla, disfrutando de su comida; él escuchó, desde su lugar, una observación que yo hice acerca de un pecador; entonces intervino diciendo: “yo nunca he tenido una sensación espiritual en mi vida, y yo no creo que haya nada espiritual en este mundo”. Ahora, si yo hubiera estado parado junto a una pocilga, y un cerdo me hubiera hecho esa observación, yo no le habría contradicho. Y yo no contradije a aquel hombre, pues pensé que había dicho la verdad; creí en verdad que ese hombre no había experimentado nunca una sensación espiritual en su vida".
C. H. Spurgeon - La Gran Comida de Navidad
domingo, 30 de octubre de 2011
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