Recuerden, queridos amigos, que es posible que cualquiera que mantenga una decente profesión cristiana durante cincuenta años, sea, después de todo, un hipócrita; que es posible ocupar un oficio en la iglesia de Dios, incluso de los más altos, y con todo, ser un Judas; y uno podría no sólo servir a Cristo, sino sufrir por Él también, y no obstante, como Demas, podría no perseverar hasta el fin, pues no todo lo que parece gracia es gracia. Donde hay verdadera gracia, la habrá siempre; pero donde está sólo la semblanza de ella, desaparecerá con frecuencia súbitamente. Escudríñate, buen hermano; ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. ¿Tienes tú la fe de los elegidos de Dios? ¿Estás edificado sobre Cristo? ¿Ha sido renovado tu corazón? ¿Eres verdaderamente un heredero del cielo? Yo exhorto a todo hombre y a toda mujer en este recinto –puesto que el tiempo de su partida podría estar más cercano de lo que piensan, que evalúen la situación, y hagan su cálculo, y vean si son de Cristo o no.
C. H. Spurgeon - Una Última Advertencia
jueves, 20 de octubre de 2011
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