Recibí recientemente un correo de mi buen amigo, el hermano Bob Ross, en el que hace un breve recuento de su proyecto de la publicación de los sermones de Spurgeon:
En 1955, a la edad de 20 años, viajé a Chicago en compañía de otro joven predicador que tenía a su cargo una misión en la que predicaba periódicamente a unas cuantas familias que tenían el propósito de comenzar una iglesia. Era mi primera visita a la ciudad de Chicago, y estando allí, visitamos una librería que vendía viejos libros usados, y que contaba con una impresionante colección de libros viejos. Esa librería se tornó definitivamente en una bendición para mí.
Mientras curioseaba entre la multitud libros, mis ojos se posaron en un estante que exponía un gran número de unos volúmenes negros envejecidos. Cuando los examiné de cerca, descubrí las palabras “Púlpito del Tabernáculo Metropolitano” y “C. H. Spurgeon” estampadas en oro sobre los lomos, y los libros también mostraban un logotipo oval, en la pasta, con la palabras: "Nosotros predicamos a Cristo crucificado”. Era una colección de unos volúmenes originales de sermones de Spurgeon, publicados en la segunda mitad del siglo 19 por Passmore & Alabaster, en Londres, Inglaterra, durante el ministerio de Spurgeon en el Tabernáculo Metropolitano.
Le pregunté al gerente de la librería el precio de los libros e hice los arreglos pertinentes para su compra.
En la providencia de Dios, yo había conocido el nombre de Spurgeon en los días siguientes a mi conversión en el año de 1953, y había comenzado a procurar encontrar algunos de sus libros. Encontré y leí algunos de sus sermones en la biblioteca de una universidad bautista local. También encontré algunos en la biblioteca pública. Pero no había visto nunca nada parecido a este gigantesco conjunto de volúmenes originales encontrado en aquella librería de Chicago en el año de 1955, e inmediatamente se apoderó de mí el deseo de poseer esos libros.
Mirando en retrospectiva esta decisión de comprar esos libros, tendría que decir que esa compra fue, tal vez, la compra más significativa que haya hecho jamás. Pareciera que todo lo que he hecho desde aquel día ha tenido una relación directa con esos libros. De hecho, muchas otras personas han experimentado la influencia resultante de mi compra y la posterior publicación de aquellos libros.
La mayoría de mis amistades desarrolladas a través de los años han estado relacionadas con los libros. La mayoría de los ministros que he tenido el privilegio de conocer, la mayoría de las escuelas y de las iglesias a las que he sido invitado para dar conferencias y la mayoría de mis viajes han sido el producto de algo relacionado con los libros.
En el año de 1969 anuncié que la colección de sermones originales de Spurgeon, en su forma original, sin ninguna edición ni cortes, sería publicada nuevamente. El aviso fue enviado por correo el 5 de Mayo de 1969. Visité varios miles de iglesias, y me reuní con muchos predicadores y otras personas. Recibí una maravillosa respuesta de parte de los interesados, pero si hubieran sabido cuán escasos eran nuestros recursos para poder realizar este proyecto, probablemente no hubiéramos tenido ninguna respuesta en lo absoluto. Teníamos el dinero suficiente para cubrir únicamente la publicación del primer volumen, y confiábamos que recibiríamos órdenes anticipadas para poder financiar la publicación de los demás volúmenes. Nos tomó mucho más tiempo del que pensábamos, pero el plan funcionó.
En Julio de 1969 reservamos un puesto en la Convención Anual de la Asociación de Libreros cristianos, que se reunía en aquel año en Cincinnati, Ohio. Expusimos el primer volumen y fuimos bendecidos porque muchas librerías y bibliotecas se suscribieron para comprar los libros conforme fueran publicados.
El Señor bendijo y pudimos completar toda la serie en 1980. Dios ha seguido bendiciendo el esfuerzo a lo largo de estos 40 años.
Deseamos agradecer a cada una de las personas que de alguna manera han ayudado y han motivado la obra de publicar los sermones de Spurgeon. Que el Señor les bendiga.
Aquí termina el correo del hermano Bob Ross. Tengo que comentar, adicionalmente, que la colección que compró en Chicago no estaba completa, por lo que el hermano se tuvo que dar a la tarea de localizar por todo el mundo el resto de los volúmentes originales, para poder completar su proyecto. En ocasiones recibió algunos volúmenes en calidad de préstamo, y tuvo que regresarlos a sus dueños. Yo tengo la bendición de contar en mi biblioteca con los 63 volúmenes de los sermones, que en forma facsímil reproducen los sermones originales.
La colección que poseo viajó de Houston a Miami, donde un pastor que murió de cáncer los utilizó para bien de muchos en su ministerio. Cuando se enteró de que su muerte era inminente, puso a la venta su colección para sufragar parte de los gastos médicos involucrados y yo la compré. Entonces los sermones esta vez viajaron hasta la ciudad de México. Esos son los volúmenes que utilizo para mis traducciones.
El hermano Emmett O'Donnell, también de Houston, se dio a la tarea de transcribir los sermones a un inglés más actualizado y por lo tanto más entendible, y esa transcripción es la que tenemos disponible en el sitio para aquellos lectores que quieran aventurarse en el original y disfrutar de las excelentes dotes poéticas del pastor Spurgeon.
"Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre su rostro, y ponga en ti paz." Números 6: 24-26.
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