Y ahora, me parece a mí que, en este día, cuando alguien nos pregunta: “Ustedes, como denominación, ¿cuáles grandes nombres pueden mencionar? ¿De cuáles padres pueden hablar?”, podemos responder: “más que cualquier otra denominación bajo el cielo, pues nosotros somos la antigua Iglesia apostólica que nunca se ha inclinado al yugo de los príncipes; nosotros, que somos conocidos entre los hombres, en todas las épocas, por diversos nombres, tales como donatistas, novacianos, paulicianos, petrobrusianos, cátaros, arnoldistas, valdenses, Lolardos y anabaptistas, hemos contendido siempre por la pureza de la Iglesia, y por su distinción y separación del gobierno humano. Nuestros padres fueron hombres habituados a las durezas, y desacostumbrados a la comodidad. Ellos nos presentan a nosotros, sus hijos, una línea ininterrumpida que viene legítimamente de los apóstoles, no a través de la inmundicia de Roma, no por las manipulaciones de los prelados, sino por la vida divina, la unción del Espíritu, la comunión del Hijo en el sufrimiento y la del Padre en la verdad.” Pero, ¿qué son nuestros padres a menos que comprobemos que somos sus dignos hijos? Prescindamos de nuestro linaje, y veamos si tenemos una gracia presente mediante la cual demostremos la sucesión de la que nos jactamos.
La verdadera sucesión apostólica, 1961, El Púlpito del Tabernáculo Metropolitano. C. H. Spurgeon
jueves, 16 de julio de 2009
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2 comentarios:
Hola Allan! tu iras traducir toda esta predicacion? gustaria yo de leer, poes aqui em Brasil algunos usam trechos deste sermon para defender la tese de que Spurgeon reejeitava los Reformadores e defendia los anabatistas solamente como los verdaderos creyentes! gustaria de leer em integra, pois nestos trechos no parece a mim que Spurgeon eras tão radicale
(PS: estoy traducendo o sermão "Quiénes necesitam el Evangelio?" hasta el Português)
Graçia
Armando
Hola Armando: Spurgeon no rechazaba a los reformadores. Spurgeon era un enémigo acérrimo del bautismo infantil, y en gran medida, por eso admiraba a los anabaptistas. El bautismo infantil es un verdadero mal, porque le da a la gente la tranquilidad de que ya han sido perdonados, y entonces, no buscan la salvación. Como sabes, Spurgeon admiraba a Calvino en las doctrinas de la gracia y a Lutero en la fe salvadora. Sin embargo, los reformadores guardaron todavía muchos errores de la iglesia católica, y los anabaptistas y los puritanos son los que verdaderamente limpiaron a la iglesia de muchos de esos errores, tales como los ritos de la comunión, las vestimentas sagradas, la relación iglesia-estado. No tenía pensado traducir el sermón completo, pero con base en tu petición lo haré pronto. Saludos
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