miércoles, 7 de septiembre de 2011

Nuestras ofrendas

Nuestras ofrendas no han de ser medidas por el monto que aportamos, sino por el excedente que conservamos en nuestra propia mano. Las dos blancas de la viuda valían más, a los ojos de Cristo, que todo el dinero restante echado en el arca; pero “ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento”.
C. H. Spurgeon - La Dádiva Óptima

2 comentarios:

Frank Sacriste dijo...

Hermano Allan, saludos desde Venezuela y un millón de gracias por su arduo y hermoso trabajo de traducción. Siempre me ha gustado leer los mensajes del Hermano Spurgeon pero los sentía fríos, anticuados y hasta altisonantes. Tristemente, eso es todo lo contrario de lo que eran en su tiempo, es decir, cálidos, actuales y cercanos al hombre común. Usted lo ha logrado, con la ayuda del Señor y su gran esfuerzo y conocimiento. Si puede mándeme un email para comunicarme directamente con usted. Dios le bendiga.

Allan Román dijo...

Puede escribirme a mi correo:
allan-roman@spurgeon.com.mx
Un cordial saludo