Nuestras ofrendas no han de ser medidas por el monto que aportamos, sino por el excedente que conservamos en nuestra propia mano. Las dos blancas de la viuda valían más, a los ojos de Cristo, que todo el dinero restante echado en el arca; pero “ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento”.
C. H. Spurgeon - La Dádiva Óptima
miércoles, 7 de septiembre de 2011
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2 comentarios:
Hermano Allan, saludos desde Venezuela y un millón de gracias por su arduo y hermoso trabajo de traducción. Siempre me ha gustado leer los mensajes del Hermano Spurgeon pero los sentía fríos, anticuados y hasta altisonantes. Tristemente, eso es todo lo contrario de lo que eran en su tiempo, es decir, cálidos, actuales y cercanos al hombre común. Usted lo ha logrado, con la ayuda del Señor y su gran esfuerzo y conocimiento. Si puede mándeme un email para comunicarme directamente con usted. Dios le bendiga.
Puede escribirme a mi correo:
allan-roman@spurgeon.com.mx
Un cordial saludo
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