jueves, 14 de marzo de 2013

El Pecado Imperdonable



La solemne advertencia de Jesús acerca de un tipo de pecado que no será perdonado se encuentra en tres evangelios: Mateo 12: 31, 32; Marcos 3: 28-30; y Lucas 12: 10. Es específicamente “blasfemia contra el Espíritu Santo”. En el contexto específico, los oponentes de Jesús decían que el Poder de hacer buenas obras entre ellos no era Dios, sino el demonio. Jesús distingue entre esta blasfemia y otros pecados.

Lo que hace al pecado imperdonable diferente de otros es su relación con el Espíritu Santo. Una obra del Espíritu Santo es iluminar la mente de los pecadores (Efesios 1: 17, 18), revelar y enseñar el Evangelio (Juan 14: 26), persuadir a las almas que se arrepientan y crean la verdad (Hechos 7: 51). El Espíritu no sólo explica la Palabra de Dios, sino que abre la mente para que la capte (2 Cor. 3: 16, 17). Cuando Su influencia es rechazada deliberadamente y a sabiendas, en oposición a la luz, entonces se comete el pecado irreversible como un acto de malicia voluntario e informado. En respuesta hay un endurecimiento del corazón provocado por Dios que excluye el arrepentimiento y la fe (Hebreos 3: 12, 13). Dios permite que la decisión de la voluntad del hombre sea permanente en este caso. Dios no hace eso ligeramente o sin causa, sino en respuesta a una ofensa en contra de Su amor.

Una persona que quiere arrepentirse no ha sufrido este endurecimiento y no ha cometido el profundo acto de odio que Dios ha resuelto que no perdonará. Todo el que ha nacido de nuevo no cometerá ese pecado, porque el Espíritu vive en esa persona y Dios no está dividido consigo mismo (1 Juan 3: 9).

Jesús dijo que “todo pecado” y “cualquier blasfemia” serán perdonados, excepto ese único pecado.

Este texto es una traducción de The Unpardonable Sin, una nota teológica que se encuentra en The Reformation Study Bible, R. C. Sproul, General Editor.

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