c) La santificación es la única evidencia cierta de la morada del Espíritu Santo que es esencial para la salvación de un verdadero creyente. Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él (Romanos 8: 9). El Espíritu nunca está ocioso sino que siempre da a conocer Su presencia por el ‘fruto’ que hace que se desarrolle en el carácter y en la vida (Gálatas 5: 22, 23). Si falta este fruto, entonces la presencia de la vida espiritual tiene que estar en duda. Así como sabemos que hay viento por los efectos que produce, así podemos saber que el Espíritu está en una persona por los efectos que produce en su vida. Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios (y únicamente ellos) éstos son hijos de Dios (Romanos 8: 14).
d) La santificación es la única marca segura de aquellos que son los elegidos de Dios. Los nombres y el número del pueblo elegido de Dios son secretos que únicamente Él conoce. Pero una cosa es clara por la Escritura: los hombres y las mujeres elegidos pueden ser distinguidos por una vida santa. Según nos escogió (Dios) en él (en Cristo) antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él (Efesios 1: 4). Por supuesto que muchos que hacen de la religión un hermoso espectáculo, pudieran resultar ser hipócritas al final. Pero allí donde no hay al menos alguna evidencia de santificación, podemos estar seguros de que no hay ninguna elección.
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad
martes, 17 de enero de 2012
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