jueves, 29 de octubre de 2009

Diario de Spurgeon

17 de Abril – 1850

Leí algo de Fuller sobre al arminianismo. ¡Dios mío, qué golfo hay cerca de mí! Pienso que puedo decir que odio esta religión; yo deseo amar a Dios y ser tan santo como mi propio Padre-Dios. Hay una nubecita entre mí y mi Sol de justicia, pero no dudo que Él brilla todavía sobre mí. Él no me ha dejado. Yo soy un milagro viviente, un portento andante de la gracia puesto que estoy vivo del todo y mucho más porque prosigo. ¡Que a partir de ahora pudiera yo vivir más cerca de Él y honrar más Su nombre!

1 comentario:

Lector dijo...

El príncipe de los predicadores no ha sido olvidado. Creyentes del siglo 21 seguimos disfrutando de sus valioso servicio.