miércoles, 28 de octubre de 2009

Cartas desde el sufrimiento

Parte 3
1891-2

EL ÚLTIMO AÑO


Spurgeon pasó las primeras semanas de 1891 en Menton. Se había recuperado lo suficiente para dirigir las devociones cotidianas, y exponía Génesis cada mañana a un grupo de unas sesenta personas, algunas de las cuales debían caminar muchos kilómetros para asistir a sus exposiciones.

Habiendo recuperado un cierto grado de salud y vigor, regresó al Tabernáculo en Febrero. Su agenda estuvo llena de reuniones especiales. En Abril y Mayo presentó 84 nuevos candidatos a la membresía, y presidió y predicó en la Conferencia del Colegio del Pastor.

También presidió por última vez la reunión anual de la iglesia en 1891. En esa ocasión se reportó que la membresía era de 5,328 personas; la iglesia contaba con 127 ministros laicos que ministraban en Londres y sus alrededores; la gente del Tabernáculo supervisaba 23 edificios de misión que tenían un total de 4,000 asientos y también dirigían 26 escuelas dominicales que atendían a 8,000 niños y ocupaban a 600 maestros.

El 7 de Junio predicó por última vez en el Tabernáculo y al final de ese mes encontrábase otra vez sumamente enfermo. El Tabernáculo celebró un día entero de oración, con una duración de 14 horas, el día 29 de Junio. Muchas personas provenientes de todas las denominaciones enviaron cartas que contenían buenos deseos, al igual que muchas figuras de la vida pública, incluyendo al Príncipe de Gales y al ex primer ministro, W. E. Gladstone. También se continuaron celebrando dos reuniones diarias de oración, de manera sostenida, ya que la enfermedad fue diagnosticada como ‘enfermedad de Bright’ (nefritis crónica). Experimentó un notable grado de recuperación y para Agosto, Spurgeon fue capaz de escribir otra vez.

Viajó a Menton a fines de Octubre, una vez que llegó el doctor A. T. Pierson para apoyar en la obra del Tabernáculo.

Spurgeon parecía mucho mejor y retomó en Francia la actividad de hablar a pequeños grupos y de escribir. Experimentó el deleite de pasar tres meses en Menton en compañía de su esposa, en vista de que ella se encontraba lo suficientemente bien para viajar con él esa vez.

En la víspera de Año Nuevo predicó un breve sermón en su hotel, y también lo hizo al día siguiente. El último himno que entonó fue el 17 de Enero, intitulado: “Las arenas del tiempo se están hundiendo”.

Pasó sus últimos días parcialmente consciente y el 31 de Enero de 1892 fue llamado al hogar, a la gloria. El Tabernáculo recibió un telegrama en el que se informaba: ‘Nuestro amado pastor entró en el Cielo a las once y cinco de la noche del domingo’.

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