El pastor Spurgeon era un ávido lector. No era un hombre de un criterio estrecho. El campo de sus lecturas era muy amplio. Se interesaba por la literatura, las biografías, libros sobre viajes, ciencia, historia, poesía, así como por la teología. Leía constantemente a los 'puritanos' y su biblioteca personal llegó a contar con unos 12,000 volúmenes, de los cuales aproximadamente 7,000 era libros escritos por puritanos. Se adentraba en la lectura de ellos como alguien que descubre un gran botín. Se apropiaba de sus verdades y de sus sabias sentencias y luego las citaba en sus sermones con suma pertinencia y facilidad.
¿Cuáles eran sus autores favoritos? Thomas Brooks figuraba de manera prominente, aunque Manzanas de Dios y Remedios preciosos contra los artificios de Satanás eran libros que leía y releía. John Owen era otro de los favoritos, en especial, La gloria de Cristo, La muerte de la muerte en la muerte de Cristo, El Espíritu Santo, Los atributos de Dios. El misterio de la Providencia de Flavel, El pastor reformado, de Baxter, El progreso del peregrino y la Guerra Santa se contaban entre los muy favoritos. Estaban además Charnock, Manton, Richard Sibbes, Thomas Watson y muchos más.
Sin embargo, su libro principal fue siempre la Biblia. "Es bienaventurado roer el material para llegar hasta la propia alma de la Biblia" -dijo- "hasta el punto de expresarse con el lenguaje escritural; que el espíritu se impregne de las palabras del Señor, de tal forma que la sangre se convierta en Biblina, y la propia esencia de la Biblia fluya de tu persona. Cientos de veces he sentido indudablemente esa presencia de Dios en las páginas de la Escritura".
Por Biblina el señor Spurgeon quería decir 'estar lleno, completamente saturado de la Biblia'.
Como traductor de Spurgeon quisiera agregar que llegó a aprender muchísimos versículos de memoria. ¿Cómo puedo saber esto? Porque en las citas bíblicas que insertaba en sus sermones hay cambios de palabras, cambios en el orden de las frases, o mezclas de varios versículos en una sola cita. Todo eso no habría ocurrido si hubiera leído las citas, como parte de las notas que preparaba para los sermones. Yo me figuro que muchas de las citas se le venían a la mente en el momento de estar predicando un tema específico.
El propósito de estos comentarios es resaltar la importancia de la lectura de la Biblia, una lectura en oración pidiendo que el Espíritu Santo nos abra los versículos para que 'arda nuestro corazón en nosotros, mientras nos habla en el camino'. Él es el Maestro.
Pero no debemos olvidar que "Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio" Efesios 4: 11, 12.
sábado, 3 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario