15 de Abril – 1850
Me he sentido muy bien y tolerablemente feliz, el día de hoy. Es el primer día de las carreras. ¡Oh, Dios, Tú me haces ser diferente! Participé en una fervorosa reunión de oración. “Y tuya, oh Señor, es la misericordia”. ¿En quién más podría confiar? El señor P. vino esta noche y platicamos hasta pasadas las once, así que perdí algún tiempo que debía dedicar a la devoción.
“¡Qué diversos obstáculos nos encontramos
Cuando nos acercamos al propiciatorio!
Empero, ¿quién que conozca el valor de la oración
No desear estar allí con frecuencia?”
viernes, 16 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario