lunes, 29 de agosto de 2011

Aspectos de la Santidad

6. Algunos usos prácticos que podemos darle a la doctrina del pecado

a) En primer lugar una visión escritural del pecado es uno de los mejores antídotos para un tipo de teología vago y nebuloso que es tan común: ‘algo acerca de Cristo, algo acerca de la gracia, algo acerca de la fe’. Esa teología nebulosa no ejerce ninguna influencia en la vida cotidiana ni proporciona paz en la hora de la muerte. Quienes se someten a un tipo de teología así, a menudo se dan cuenta demasiado tarde que no hay nada sólido o real en su religión.

Los seres humanos no mirarán resueltamente al cielo ni vivirán como peregrinos aquí mientras no sientan realmente que están en peligro de irse al infierno por causa de sus pecados. Podemos estar seguros de que las personas no vendrán nunca a Jesús y no estarán con Él ni vivirán para Él, si no saben por qué necesitan venir. Aquellos a quienes el Espíritu Santo atrae a Cristo son los mismos a quienes les ha infundido una convicción de su pecaminosidad.

b) Una visión escritural del pecado es el mejor antídoto para contrarrestar la teología liberal y modernista. La tendencia de esta teología es rechazar todas las declaraciones dogmáticas de la verdad e intentar convencernos de que todo es verdad, que todo el mundo está en lo correcto y que eventualmente todo el mundo será salvado. La expiación de Cristo, la personalidad del demonio, los milagros de los que habla la Escritura, la realidad y la eternidad del castigo futuro, todas estas verdades han sido descartadas por la errónea creencia de que hacerlo hará que el cristianismo sea más aceptable frente a las ideas modernas.

c) Una visión escritural del pecado es el mejor antídoto para un tipo de cristianismo ceremonial y formal. Un niñito se queda satisfecho con los juguetes y con diversos objetos en tanto que no esté hambriento. Lo mismo sucede con nosotros en los asuntos del alma. Una vez que una persona entiende su pecado y su necesidad de un Salvador, entonces la música, las flores, las velas, el incienso, los pendones y las ceremonias elaboradas por el hombre le parecerán un triste desperdicio de tiempo.

d) Una visión escritural del pecado es el mejor antídoto contra la teoría de la perfección libre de todo pecado. Por todos los medios hemos de apuntar a lo más alto. Pero si la gente habla en serio cuando nos dice que en este mundo un creyente puede vivir por años en una inquebrantada comunión con Dios, debo decir que tal visión no es escritural y es peligrosa. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1: 8).

e) Una visión escritural del pecado es el mejor antídoto en contra de las visiones rastreras de la santidad personal. Durante mucho tiempo he tenido una triste convicción de que la norma de vida cotidiana entre los cristianos profesantes ha ido en declive paulatinamente. Pudiera ser que el incremento de las riquezas haya introducido una plaga de mundanalidad y un gusto por sentirse a sus anchas. Pudiera ser que la controversia religiosa haya marchitado nuestra vida espiritual. Sea cual fuese la razón, ha habido últimamente una norma más baja de santidad personal de la que solía haber en los días de nuestro padres. Yo estoy convencido de que el primer paso para alcanzar una norma más alta de santidad es darse cuenta más plenamente de la sorprendente pecaminosidad del pecado.
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad

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