Hoy nos enfrentamos con espíritus malignos, no buscando a alguien con el don de poderes para echarlos fuera, sino más bien siguiendo las instrucciones de 2 Corintios 2: 10-11 que dicen: “Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”.
También las de Efesios 6: 11-18: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el es escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos…”
Asimismo siguiendo las instrucciones de 2 Timoteo 2: 25-26: “Que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”.
También siguiendo las instrucciones de Santiago 4: 7: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
Y, finalmente, siguiendo las instrucciones de 1 Pedro 5: 7-9: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”.
Todos esos versículos nos enseñan cómo poder triunfar sobre Satanás.
viernes, 22 de octubre de 2010
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1 comentario:
Queridísimo Allan, te escribo con la esperanza de que llegue a ti mi saludo, en medio de la tribulación que atraviesas. El respeto y admiración que Cristo ha despertado en mi años atrás hacia tu persona, me impulsan a reconocerte como un Creyente de mucha valía para la Iglesia del Señor; pues que Él te ha dotado de gracia para compartirnos en castellano de esa luz espiritual de la que fue provisto Mr. Spurgeon. Testimonio de la Gracia de Dios, has hecho la vez de guía y maestro para muchos de nosotros, quienes a través de tus traducciones, hallamos el camino a Su Luz admirable. Bendito ministerio el tuyo! No es esta una arca de lisonjas. Sea sin embargo, un ramito de Olivo verde para honrar a quien honra se le debe. Gracia a Ti, hermano Allan.
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