6 de Mayo – 1850
Asistí a la reunión de oración. Por la tarde, tuvimos otra reunión sobre el tema de la gloria del reino de Cristo, con fines misioneros. “Preciso es que él reine”. ¡Salvador, ven y extiende Tu reino sobre todo el mundo; blande Tu cetro sobre todos los corazones! ¡Haz que yo sea Tu templo, y hónrame haciéndome un instrumento de bien en Tus manos! Señor, sálvame del orgullo y de la pereza que son mis dos grandes enemigos. ¡Guárdame, oh, guárdame y presérvame! Yo soy una oveja descarriada. Es en Tu poder que yo confío y en Tu fortaleza me apoyo. Yo soy menos que nada; sostenme con Tu propia diestra.
viernes, 22 de octubre de 2010
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