Nosotros vivimos por la unión con Cristo. Si la cabeza vive, los miembros tienen vida. A menos que un miembro sea separado de la cabeza, y el cuerpo sea mutilado, vive en tanto que haya vida en la cabeza. Porque Jesús vive, cada alma que está vitalmente unida a Él, y que es un miembro de Su cuerpo, vive, según la propia palabra de nuestro Señor: “Porque yo vivo, vosotros también viviréis”. La pobre Marta estaba muy sorprendida porque Cristo resucitaría a su hermano de los muertos, pero Él dijo, como para sorprenderla más: “Todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” Ésta es una de las cosas que debemos creer: que cuando recibimos la vida espiritual, es en unión con la vida de Cristo, y por consiguiente, no podemos morir nunca; porque Cristo vive, nuestra vida permanecerá eternamente en nosotros.
C. H. Spurgeon - La Resurrección con Cristo
martes, 16 de marzo de 2010
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