El Hombre está dispuesto a creerle a cualquier persona, excepto a su Dios. Una mentira publicada en el periódico, tiene piernas con las que corre alrededor del mundo; pero una grandiosa verdad que brota de los labios del propio Jehová, es obligada a cojear en la presencia de los hombres impíos. Los hombres no regenerados, no pueden y no quieren creer en su Dios.
C. H. Spurgeon. Un Evangelio sencillo para gente sencilla.
miércoles, 10 de marzo de 2010
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