Westwood, Beulah Hill, Upper Norwood
9 de Noviembre de 1890
Queridos amigos:
Cuánto hubiera deseado resistir hasta este día. Pero el domingo pasado por la noche mi carruaje se volcó y todos los cuatro caballos se cayeron. He experimentado una semana de un agudo dolor, insomnio, e inquietud de cerebro. Estos males pronto habrán desaparecido, ahora que voy a tener una etapa de descanso. Hay tantos y tantos asuntos que me acosan incesantemente cuando estoy en el trabajo, que mi cerebro desfallece. Ha sido muy pesado para mí últimamente.
No me senté esta mañana a contar mis penas, sino para agradecerles a todos ustedes, y, especialmente, dar gracias al Señor. No pude verlos el viernes, pero ustedes trajeron lo que se requería de igual manera, y todavía cien libras esterlinas más. Nunca la gente había respondido más generosamente, amorosamente y con todo su corazón. Cada uno dio conforme a sus posibilidades. Vieron que era necesario y lo hicieron por el Señor.
Ustedes me han alegrado mucho y han hecho que casi me sienta orgulloso: sólo que cuando se tiene una cabeza que duele, uno no puede llegar al punto de ser exaltado sin medida. Acepten mi amoroso agradecimiento. Que Dios los bendiga a todos ustedes, que son las mejores personas.
Su agradecido pastor
C. H. Spurgeon
viernes, 21 de agosto de 2009
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