sábado, 15 de agosto de 2009

Cartas desde el sufrimiento - No.35

Menton
1 de Diciembre de 1888

Queridos amigos:

Aunque hemos tenido dos días de clima lluvioso y tempestuoso, he mejorado, tan grandemente, que me siento como el hombre que es descrito en la Escritura como ‘andando, y saltando, y alabando a Dios’. Como no puedo todavía practicar esos dos primeros ejercicios, deseo practicar con doble abundancia el tercero. Watts dice:

“Cuando somos levantados desde profundas turbaciones
Nuestro Dios exige un himno;
Tomamos el modelo de nuestra alabanza
De boca de Ezequías.”

Aquel hombre de Dios, en su recuperación dijo: ‘El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy’. En este espíritu he preparado un sermón al que se anexa esta nota; y yo doy allí mi testimonio voluntario de la fidelidad de Dios, y de la certeza de que Él honra la fe de Su pueblo.

Del Tabernáculo recibo jubilosas noticias de una reunión en la que cuatrocientas o quinientas personas se reunieron para confesar que han encontrado misericordia durante los últimos servicios. ¡Ese es un gran cordial para la cabeza! ‘Por tanto cantaremos nuestros cánticos en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida’. ¡Bendito sea Su nombre!

Con los mejores deseos de mi corazón para todos mis oyentes y lectores,

Su siervo por nuestro Señor Jesucristo

C. H. Spurgeon

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