Les exhorto a que rasguen sus corazones y no sus vestidos. Sigan a Cristo espiritualmente; sigan a Cristo en sus propias almas, pues de lo contrario los sacramentos serán su ruina, e incluso al tratar de mantenerse alejados de la contaminación ceremonial, se estarán contaminando con la hipocresía.
C. H. Spurgeon, sermón no.1644, La primera comparecencia de nuestro Señor ante Pilato.
jueves, 5 de marzo de 2009
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