4. Algunas dificultades probables en obtener la
seguridad
Hay algunos individuos cuya falta de seguridad puede
explicarse por alguna de las siguientes causas. Muchos creen, pero menos
individuos son persuadidos; muchos tienen fe, pero menos individuos tienen
confianza. Ahora bien, ¿por qué es así?
a) Tal vez haya un entendimiento defectuoso de la doctrina
de la justificación. Si no se entiende bien que es la obra de Cristo, y no la
nuestra, la base de nuestra aceptación por parte de Dios, esa falla nos robará
la seguridad. De nuestra parte sólo se requiere la fe simple. La justificación
es un don, algo enteramente aparte de nosotros mismos. Creer simplemente es ser
plenamente justificado. El creyente más débil es tan completamente justificado
como el creyente más sólido, y por tanto, puede tener la seguridad.
b) Tal vez haya pereza en cuanto a la necesidad de crecer
en la gracia. Muchos parecieran pensar que pueden relajarse y disfrutar de su
fe recién encontrada. Deben recordar que esta gracia les ha sido dada como un
talento que tienen que usar. Los creyentes tienen que añadir continuamente a su
fe (2 Pedro 1: 5).
Hay una conexión inseparable entre diligencia y seguridad
(Hebreos 6: 11; 2 Pedro 1: 10). La seguridad no llegará nunca sin diligencia en
la vida espiritual. Una enseñanza de los puritanos es importante: la fe de
adherencia, esto es, la entrega a Cristo viene por el oír, pero la fe de la
seguridad no viene sin que hagamos algo. ‘Un cristiano perezoso siempre
carecerá de cuatro cosas: consuelo, contentamiento, confianza y seguridad. Dios
ha establecido una separación entre gozo y ociosidad, entre seguridad y pereza;
y, por tanto, es imposible que unas lo que Dios ha separado’.
c) Otra razón para la falta de seguridad pudiera ser una
vida inconsistente. La inconsistencia de vida es totalmente destructiva para la
paz de la conciencia. Si quieres mantener los pecados que te asedian, y no
puedes decidir renunciar a ellos, no tendrás nunca seguridad. “En esto sabemos que nosotros le conocemos,
si guardamos sus mandamientos” (1 Juan 2: 3). Nuestra salvación no depende
de nuestras obras, pero su sentido consolador depende, en verdad, de una
caminata cristiana consistente.
Dejo ahora estos puntos para su consideración. Vale la
pena examinarlos cuidadosamente.
J. C. Ryle . Aspectos de la Santidad
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