viernes, 15 de febrero de 2013

Aspectos de la Santidad



h) Sin santidad en la tierra no estaremos preparados nunca para la santidad en el cielo. Nuestro carácter no se altera por la muerte. Resucitaremos en el día del juicio teniendo exactamente el mismo carácter con el que morimos. Únicamente aquellos que están preparados para el cielo serán felices en el cielo. Supongan por un momento que se les permitiera entrar en el cielo sin santidad. ¿Qué harían allí? La santidad está en todas partes en el cielo. ¿Qué dicha podrían encontrar allí?

Permítanme recordarles el versículo al comienzo de este capítulo: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12: 14). Ciertamente tales palabras nos incitan al autoexamen. ¿Somos santos? ¿Pensamos, sentimos y actuamos como sabemos que Cristo pensaría, sentiría y actuaría? “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él (Cristo), se purifica a sí mismo, así como él es puro (1 Juan 3: 3). Purificarnos a nosotros mismos es una ardua tarea, pero es esencial.

Yo no pregunto: ‘¿Asistes a la iglesia regularmente? ¿Has sido bautizado? ¿Te llamas cristiano?’ Yo no pregunto si apruebas las vidas santas de otros. Ni siquiera pregunto si puedes hablar sobre cosas santas; pregunto algo más: ‘¿Eres tú mismo santo en este preciso día?’
 J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad
    
    

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este tema es verdaderamente muy fuerte. ¿quien de nosotros, hijos de Cristo podríamos responder afirmativamente?. Creo que sólo con humildad y trabajo constante se puede tener el pecado bajo control y así ser como la luna que sólo con el sol brilla y sin EL no somos nadie.