16 de Mayo – 1850
Fui a la capilla. El sermón versó sobre el Salmo 23: 3. ¡Cuánto necesito esa restauración! Si el Señor no la lleva a cabo, yo no podría hacerlo. “Echa fuera a Tu enemigo y al mío”. Quiero ser pasivo, y someterme a Tu voluntad soberana; Tú harás lo que es recto. Señor, guárdame; esperaré Tu tiempo de avivamiento; ¡enséñame tanto a trabajar como a esperar, esperando y confiando que Tú vendrás pronto, y que restaurarás en mí el gozo de Tu salvación! Me encuentro en una condición abatida, pero, con todo, estoy eternamente seguro. Él me guiará.
domingo, 22 de mayo de 2011
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