sábado, 28 de julio de 2007

La Boda de Charles Spurgeon

A los dos años de su estadía en Londres, Spurgeon casó con Susana Thompson. Ella participaba con su familia en los cultos de la Capilla New Park Street, pero la condición espiritual de la Capilla antes de la llegada de Spurgeon, se había deteriorado bastante. Cuando Spurgeon llegó a predicar el 18 de Diciembre de 1853, la primera impresión que ella se formó de Spurgeon no fue muy buena. Ella pertenecía a una familia acomodada londinense, era educada, hablaba el francés a la perfección, vestía con elegancia y se expresaba con finura. Enfrente tenía a un campesino vestido en forma estrafalaria, con una forma extraña de expresarse para la gente culta de la ciudad de Londres. En sus propias palabras tenemos esta descripción:
'Yo no estaba del todo fascinada por la elocuencia del joven orador, y su forma de ser campesina y su forma de hablar, motivaban más pena que reverencia. . . .,el pelo largo y mal cortado, el gigantesco corbatín de raso negro, el pañuelo azul de grandes puntos blancos, todo esto atrajo más mi atención y me divertía a lo grande.'
Susana se dijo: '¡así que esta es la famosa elocuencia! No me impresiona para nada. Si dejara de hacer gestos con ese bendito pañuelo. . .Y ese cabello. . .Parece ayudante de barbero'.
Su padre era un próspero comerciante, y ella era una chica culta. El acercamiento se dio a través del diácono Thomas Olney y su esposa, quienes eran muy amigos de los padres de Susana y se reunían con frecuencia. Olney comenzó a invitar a Charles a estas reuniones. Susana no se había convertido por entonces. Se fueron conociendo poco a poco. Spurgeon le regalaba libros, entre ellos, El Progreso del Peregrino, visitaban juntos con frecuencia el Palacio de Cristal, se hicieron novios, se comprometieron en matrimonio y terminaron casándose el día 8 de Enero de 1856.
En una ocasión, durante el noviazgo, Charles llevó a Susana a un servicio de predicación que estaba abarrotado, y en el que él sería el predicador. Tan pronto llegaron, Charles, totalmente inmerso en su mensaje y en el servicio, se olvidó de Susana. Ella tuvo que valerse por sí misma. Al término del sermón ella se fue sola a su casa. Voló a su casa, e iba sumamente molesta. Ella misma confesó: 'yo estaba sumamente molesta'. Su madre trató de calmarla y de asegurarle del amor de Charles. Cuando el joven predicador se dio cuenta, cuando vino en sí mismo, y advirtió que se había olvidado por completo de su novia, salió corriendo a Brixton, donde vivía Susana, lleno de disculpas. Entró corriendo a la casa y preguntó: '¿dónde está Susie? La he estado buscando por todos lados sin poder encontrarla.' La madre de Susana le contó toda la historia; se reconciliaron y el romance floreció. Pero Susana aprendió que su futuro esposo, como siervo de Dios, debía poner el servicio de Cristo en primer lugar, y además, se estaba convirtiendo en un hombre muy famoso.
La ceremonia tuvo lugar a las 8 de la mañana, y era un día muy gris, húmedo y frío. Sin embargo, miles de personas llegaron para presenciar la ceremonia y muchos tuvieron que quedarse fuera, aguantando el frío. Tuvo que llegar una fuerza especial de la policía de Londres, la Fuerza M, para controlar la situación y el flujo de las multitudes.
En su luna de miel, la pareja atravesó el Canal de la Mancha y pasaron doce días de luna de miel en París. Visitaron palacios históricos, iglesias y museos. Como Susana hablaba perfecto francés, no tuvieron problemas. Ella le decía cariñosamente Tirshatha, una palabra del antiguo persa que significa su reverencia.
Cuando Charles se iba de gira, ella sufría mucho. En una de esas ocasiones se desconsoló tanto, que Charles le preguntó: '¿tú piensas que cuando alguno de los hijos de Israel traía un cordero al altar de Dios como una ofrenda, se quedaba allí llorando amargamente por el cordero que había traído?' Susana respondió: 'por supuesto que no'. Entonces Charles le dijo: 'bien, ¿no ves que me estás entregando a Dios al dejarme ir a predicar el Evangelio a los pobres pecadores, y te parece que a Dios le agrada verte llorar por tu sacrificio?' Eso tuvo el efecto de un sedante.
La situación económica de ellos era a veces un problema, porque Charles era muy generoso y cooperaba abundantemente para varias necesidades. Su generosidad a menudo excedía sus recursos. Una vez tenía que pagar unos impuestos y no tenía fondos. Pero ambos formaban una pareja de gran fe. Oraron y en ese preciso momento llegó una carta anónima que contenía 20 libras esterlinas. Su fe fue correspondida y sus necesidades resueltas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo por Gracia
Salvos una vez y para siempre.