El siguiente incidente está narrado por el propio Spurgeon:
"Al concluir uno de nuestros servicios," -dijo- "una pobre mujer, acompañada por dos de sus vecinos, vino a mi oficina en medio de profunda turbación. Su esposo había huido del país, y en su dolor, ella asistió a la casa de Dios, y algo que yo mencioné en el sermón la condujo a pensar que yo estaba personalmente familiarizado con su caso. Por supuesto, yo no sabía absolutamente nada acerca de ella. Yo había dado un ejemplo general que se aplicaba precisamente a su caso. Me contó su historia, y por cierto era muy triste. Yo le dije: 'no hay nada que podamos hacer, excepto ponernos de rodillas y clamar al Señor pidiendo la inmediata conversión de tu marido'. Nos pusimos de rodillas, y oré para que el Señor tocara el corazón del desertor, conviertiera su alma, y lo trajera de regreso a casa. Cuando nos pusimos de pie, yo le dije a la pobre mujer: 'No te angusties por este asunto. Tengo la certeza que tu esposo regresará a casa, y que se vinculará a nuestra iglesia.'
"Ella se fue y yo me olvidé del asunto. Algunos meses después, reapareció con sus vecinos y con un hombre, a quien me presentó como su esposo. En efecto, había regresado, y había vuelto como un hombre convertido. Al investigar y verificar notas, descubrimos que el día preciso en el que oramos por su conversión, él, estando en ese momento a bordo de un barco en mares lejanos, tropezó inesperadamente con una copia extraviada de uno de mis sermones. Lo leyó; la verdad penetró en su corazón; se arrepintió y buscó al Señor; y tan pronto como le fue posible, regresó a casa, se reunió con su esposa y resumió su trabajo. Fue admitido como miembro del Tabernáculo Metropolitano, y su esposa, que hasta aquel momento no se había unido a la iglesia, fue recibida también en la membrecía con nosotros.
"Esa mujer", -agregó el predicador- "no tiene la menor duda del poder de la oración. Ni todos los infieles del mundo podrían hacer tambalear su convicción de que hay un Dios que oye y responde las súplicas de Su pueblo."
viernes, 27 de julio de 2007
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2 comentarios:
Estoy orando que el Señor me enseñe a orar para obtener de Él lo que por medio de la oración puedo obtener. GLORIA SEA A MI SEÑOR.
Estoy orando que el Señor me enseñe a orar para obtener de Él las cosas que por medio de la oración podemos obtener para Su gloria. ALABADO SEA MI SEÑOR.
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