martes, 3 de diciembre de 2013

Aspectos de la Santidad

3. Los recursos que han de ser usados como ayuda para el crecimiento espiritual

Todo aquel que desee crecer en la gracia debe usar los medios de crecimiento dados por Dios. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto” (Santiago 1: 17). Esto es tan aplicable a los recursos que fomentan el crecimiento, como lo es para todos los demás dones de Dios. Puesto que Dios ha puesto a la disposición estos recursos, es responsabilidad de cada creyente cristiano hacer el mejor uso de ellos.

a) Nuestras oraciones privadas, nuestra lectura de la Biblia y nuestras meditaciones privadas son las mejores ayudas tendientes al crecimiento del alma. ¡Ser descuidados y perezosos acerca de estas cosas es estar mal en todo! Yo sé que vivimos en una época llena de peligros; hay mucha prisa y mucha presión de muchas actividades. Yo sospecho que los cristianos ingleses de hace doscientos años leían sus Biblias más de lo que lo hacen ahora. La religión personal y privada tiene que recibir nuestra prioritaria atención si deseamos que nuestras almas crezcan.

b) Es también esencial para el crecimiento espiritual el uso cuidadoso de los medios públicos de la gracia. Asistir a las reuniones regulares para la alabanza y adoración de Dios, participar en la cena del Señor, oír el mensaje predicado de las Escrituras, estos son recursos públicos que ayudan al crecimiento en la gracia. El peligro es que nuestra familiaridad con estas cosas tiende a hacernos descuidados. Si queremos crecer tenemos que estar en guardia no sea que por hacer regularmente las mismas cosas, eso nos provoque perder nuestro apetito de ellas.

c)  Es importante vigilar nuestra conducta en las cosas pequeñas de la vida: nuestros estados de ánimo cotidianos, el cumplimiento de nuestros deberes regulares, la manera en que utilizamos nuestro tiempo, todos ellos son asuntos importantes. Tenemos que proponernos tener un cristianismo que, como la savia de un árbol, corra a lo largo de cada ramita y de cada hoja de nuestro carácter y que santifique todo.

d) Debe haber precaución con respecto a la gente con la que nos juntamos y a las amistades que formamos. La enfermedad puede pasarse de una persona a otra, mas la salud no. Si, entre nuestros amigos, hay quienes no son amigos de Dios ¿cómo recibiría ayuda nuestro crecimiento espiritual? Los errores en cuanto a las amistades y a los compromisos matrimoniales constituyen la única razón por la cual algunos creyentes no han crecido. “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15: 33, La Biblia de las Américas).

e) Hay algo más que yo creo que es de gran importancia. La comunión regular con el Señor es esencial para el crecimiento espiritual. No me refiero simplemente a la asistencia a los medios públicos de la gracia. Me refiero a un creciente entendimiento de las relaciones entre el Señor y nosotros mismos como creyentes. Él es el Esposo para nosotros como Su esposa; Él es la Cabeza para nosotros como Sus miembros; Él es el Médico para nosotros como Sus pacientes; Él es el Abogado para nosotros como Sus clientes; Él es el Pastor para nosotros como Sus ovejas; Él es el Maestro para nosotros como Sus discípulos. Acercarse al Señor en estas relaciones es a lo que me refiero como algo esencial para el crecimiento espiritual. Tenemos que aprender lo que significa decir, con Pablo: “Para mí el vivir es Cristo (Filipenses 1: 21). Tenemos que darnos cuenta de qué es recurrir a Él primero en toda necesidad, hablarle acerca de toda dificultad, consultarle acerca de cada paso, y exponer ante Él todas nuestras aflicciones y gozos.

Por último, si estamos creciendo en la gracia, o buscando crecer fervientemente, tenemos que estar preparados para las dificultades. Pudiéramos tener que enfrentar muchas pruebas y mucha aflicción en esta vida. Uno de los impactantes dichos del Señor, en referencia a la relación entre Él mismo y sus discípulos, es: “Todo aquel (pámpano) que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto (Juan 15: 2). ¡Cuando Dios nos corrige por medio de alguna circunstancia tiene el propósito de nuestra instrucción y de nuestro crecimiento! “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12: 11). Entonces hagámonos esta pregunta: En nuestra religión, en las cosas que conciernen a nuestra paz mental, a nuestra santidad: ¿estamos vivos? ¿Estamos, por tanto, creciendo?
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad

4 comentarios:

Franck dijo...

Muy buena enseñanza, para considerar en nuestra relación diaria con el Señor y en cómo practicamos nuestra fe. Hermano, quisiera pedirle si fuera posible que publicaran el sermón "José abre los graneros", he buscado ese mensaje y no lo he podido encontrar.
Muchas gracias y bendiciones.

Franck dijo...

Muy buena enseñanza, gracias por compartirla. Hermano, quiero pedirle si puede publicar el sermón "José abre los graneros"...
Muchas gracias y bendiciones

Franck dijo...

Muchas gracias por la enseñanza.
Hermano, quiero pedirle si puede publicar el sermón "José abre los graneros". He buscado ese mensaje y no lo he podido encontrar.
Gracias y que el Señor lo bendiga mucho

Allan Román dijo...

Hola. He buscado ese sermón en el Índice completo, pensando que comenzar con Joseph... pero no encontré nada. Si pudiera enviarme mayor información, por ejemplo, el versículo bíblico, el número del sermón, o el volumen, lo traduciré con mucho gusto. Espero sus comentarios.