3. Los recursos que
han de ser usados como ayuda para el crecimiento espiritual
Todo aquel que desee crecer en la gracia debe usar los
medios de crecimiento dados por Dios. “Toda
buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto” (Santiago 1: 17). Esto
es tan aplicable a los recursos que fomentan el crecimiento, como lo es para
todos los demás dones de Dios. Puesto que Dios ha puesto a la disposición estos
recursos, es responsabilidad de cada creyente cristiano hacer el mejor uso de
ellos.
a) Nuestras oraciones privadas, nuestra lectura de la Biblia y nuestras
meditaciones privadas son las mejores ayudas tendientes al crecimiento del
alma. ¡Ser descuidados y perezosos acerca de estas cosas es estar mal en todo!
Yo sé que vivimos en una época llena de peligros; hay mucha prisa y mucha
presión de muchas actividades. Yo sospecho que los cristianos ingleses de hace
doscientos años leían sus Biblias más de lo que lo hacen ahora. La religión
personal y privada tiene que recibir nuestra prioritaria atención si deseamos
que nuestras almas crezcan.
b) Es también esencial para el crecimiento espiritual el
uso cuidadoso de los medios públicos de la gracia. Asistir a las reuniones
regulares para la alabanza y adoración de Dios, participar en la cena del
Señor, oír el mensaje predicado de las Escrituras, estos son recursos públicos
que ayudan al crecimiento en la gracia. El peligro es que nuestra familiaridad
con estas cosas tiende a hacernos descuidados. Si queremos crecer tenemos que
estar en guardia no sea que por hacer regularmente las mismas cosas, eso nos
provoque perder nuestro apetito de ellas.
c) Es importante
vigilar nuestra conducta en las cosas pequeñas de la vida: nuestros estados de
ánimo cotidianos, el cumplimiento de nuestros deberes regulares, la manera en
que utilizamos nuestro tiempo, todos ellos son asuntos importantes. Tenemos que
proponernos tener un cristianismo que, como la savia de un árbol, corra a lo
largo de cada ramita y de cada hoja de nuestro carácter y que santifique todo.
d) Debe haber precaución con respecto a la gente con la
que nos juntamos y a las amistades que formamos. La enfermedad puede pasarse de
una persona a otra, mas la salud no. Si, entre nuestros amigos, hay quienes no
son amigos de Dios ¿cómo recibiría ayuda nuestro crecimiento espiritual? Los
errores en cuanto a las amistades y a los compromisos matrimoniales constituyen
la única razón por la cual algunos creyentes no han crecido. “Las malas compañías corrompen las buenas
costumbres” (1 Corintios 15: 33, La Biblia de las Américas).
e) Hay algo más que yo creo que es de gran importancia. La
comunión regular con el Señor es esencial para el crecimiento espiritual. No me
refiero simplemente a la asistencia a los medios públicos de la gracia. Me
refiero a un creciente entendimiento de las relaciones entre el Señor y
nosotros mismos como creyentes. Él es el Esposo para nosotros como Su esposa;
Él es la Cabeza
para nosotros como Sus miembros; Él es el Médico para nosotros como Sus
pacientes; Él es el Abogado para nosotros como Sus clientes; Él es el Pastor
para nosotros como Sus ovejas; Él es el Maestro para nosotros como Sus
discípulos. Acercarse al Señor en estas relaciones es a lo que me refiero como
algo esencial para el crecimiento espiritual. Tenemos que aprender lo que
significa decir, con Pablo: “Para mí el
vivir es Cristo (Filipenses 1: 21). Tenemos que darnos cuenta de qué es
recurrir a Él primero en toda necesidad, hablarle acerca de toda dificultad,
consultarle acerca de cada paso, y exponer ante Él todas nuestras aflicciones y
gozos.
Por último, si estamos creciendo en la gracia, o buscando
crecer fervientemente, tenemos que estar preparados para las dificultades.
Pudiéramos tener que enfrentar muchas pruebas y mucha aflicción en esta vida.
Uno de los impactantes dichos del Señor, en referencia a la relación entre Él
mismo y sus discípulos, es: “Todo aquel
(pámpano) que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto (Juan 15:
2). ¡Cuando Dios nos corrige por medio de alguna circunstancia tiene el
propósito de nuestra instrucción y de nuestro crecimiento! “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo,
sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella
han sido ejercitados” (Hebreos 12: 11). Entonces hagámonos esta pregunta:
En nuestra religión, en las cosas que conciernen a nuestra paz mental, a
nuestra santidad: ¿estamos vivos? ¿Estamos, por tanto, creciendo?
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad
4 comentarios:
Muy buena enseñanza, para considerar en nuestra relación diaria con el Señor y en cómo practicamos nuestra fe. Hermano, quisiera pedirle si fuera posible que publicaran el sermón "José abre los graneros", he buscado ese mensaje y no lo he podido encontrar.
Muchas gracias y bendiciones.
Muy buena enseñanza, gracias por compartirla. Hermano, quiero pedirle si puede publicar el sermón "José abre los graneros"...
Muchas gracias y bendiciones
Muchas gracias por la enseñanza.
Hermano, quiero pedirle si puede publicar el sermón "José abre los graneros". He buscado ese mensaje y no lo he podido encontrar.
Gracias y que el Señor lo bendiga mucho
Hola. He buscado ese sermón en el Índice completo, pensando que comenzar con Joseph... pero no encontré nada. Si pudiera enviarme mayor información, por ejemplo, el versículo bíblico, el número del sermón, o el volumen, lo traduciré con mucho gusto. Espero sus comentarios.
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