Oh, si
nuestros cuerpos pudieran tomar la forma de nuestras almas, habría muchos cadáveres
sentados delante de mí en estos reclinatorios. ¡Ah, es un extraño y
horripilante espectáculo! Damos gracias a Dios porque Él oculta de nuestros
ojos lo espiritual, pues de lo contrario podríamos abandonar horrorizados los
lugares donde nos sentamos porque nos encontraríamos en íntima compañía con los
muertos. Qué horrible cosa debe de ser un alma muerta si nuestros espíritus
pudieran percibirla ahora así como nuestros sentidos perciben un cadáver. Hagamos
una pausa aquí para darnos cuenta de algunos hechos impactantes en ese sentido.
Algunos de ustedes están vinculados en matrimonio con alguien que está muerto
espiritualmente. Algunos de ustedes comparten su morada con los hijos bajo su
cuidado que están muertos en vida. Se sentarán esta noche a la mesa de la cena
con unos que están muertos espiritualmente. Considérenlos bajo esa luz y tal
vez sus corazones serán impulsados a orar por ellos más intensamente de lo que
lo han hecho hasta ahora. Yo quisiera que quienes asisten regularmente a este lugar
recordaran este hecho cuando esta casa está llena. Piensen “En mi banca están
sentados un inconverso y una inconversa y están muertos”. No esperamos que
sientan por sí mismos, pero sí esperamos que los vivos sientan por ellos. Mis
queridos oyentes que no son regenerados, ¿no ven que es necesario que nazcan de
nuevo, pues si no lo hacen, permanecerán muertos para las cosas espirituales?
C. H. Spurgeon - La Necesidad de Todo Ser Humano
1 comentario:
Es entonces por este motivo que me encuentro circundado por un desierto afectivo y terreno? Será que Dios me apartó de todos esos muertos espiritualmente? Con obediencia y humildad acepto cada voluntad y designio Suyo! Señor y Salvador mío enséñame en esta vida nueva el camino que me conduce sólo hacia Ti!
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