miércoles, 9 de octubre de 2013

¿De cuántos cadáveres estás rodeado?

Oh, si nuestros cuerpos pudieran tomar la forma de nuestras almas, habría muchos cadáveres sentados delante de mí en estos reclinatorios. ¡Ah, es un extraño y horripilante espectáculo! Damos gracias a Dios porque Él oculta de nuestros ojos lo espiritual, pues de lo contrario podríamos abandonar horrorizados los lugares donde nos sentamos porque nos encontraríamos en íntima compañía con los muertos. Qué horrible cosa debe de ser un alma muerta si nuestros espíritus pudieran percibirla ahora así como nuestros sentidos perciben un cadáver. Hagamos una pausa aquí para darnos cuenta de algunos hechos impactantes en ese sentido. Algunos de ustedes están vinculados en matrimonio con alguien que está muerto espiritualmente. Algunos de ustedes comparten su morada con los hijos bajo su cuidado que están muertos en vida. Se sentarán esta noche a la mesa de la cena con unos que están muertos espiritualmente. Considérenlos bajo esa luz y tal vez sus corazones serán impulsados a orar por ellos más intensamente de lo que lo han hecho hasta ahora. Yo quisiera que quienes asisten regularmente a este lugar recordaran este hecho cuando esta casa está llena. Piensen “En mi banca están sentados un inconverso y una inconversa y están muertos”. No esperamos que sientan por sí mismos, pero sí esperamos que los vivos sientan por ellos. Mis queridos oyentes que no son regenerados, ¿no ven que es necesario que nazcan de nuevo, pues si no lo hacen, permanecerán muertos para las cosas espirituales?
C. H. Spurgeon - La Necesidad de Todo Ser Humano

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es entonces por este motivo que me encuentro circundado por un desierto afectivo y terreno? Será que Dios me apartó de todos esos muertos espiritualmente? Con obediencia y humildad acepto cada voluntad y designio Suyo! Señor y Salvador mío enséñame en esta vida nueva el camino que me conduce sólo hacia Ti!