“A quienes remitiereis los pecados, les son
remitidos; y a quienes se los retuviereis, le son retenidos”.
Juan 20: 23.
Así como
Jesús, al venir al mundo, ha llevado a cabo un juicio en virtud del cual unos ven
(creen) y otros se quedan ciegos (en el pecado), ahora los discípulos son
enviados al mundo, donde deberán realizar una obra de juicio que conducirá a
unos a la fe y a otros a permanecer en el pecado.
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