Un teólogo
dice que nuestros hijos no deberían necesitar la conversión. Esta teoría es
completamente falsa pues los mejores hijos son por naturaleza hijos de ira como
los demás. La gracia de Dios en el alma es una nueva creación, mas no lo es el
desarrollo natural de una educación piadosa y de un entrenamiento que obra
sobre la bondad innata de los hombres; ciertamente esa bondad no existe allí en
absoluto; es sólo un sueño. El nuevo hombre en Cristo no es la vieja criatura
lavada y enviada a la escuela y elevada por “el pensamiento moderno y la
cultura”. No; el etíope no puede mudar su piel ni el leopardo sus manchas; sin
importar lo que pudieren hacerles serán un etíope y un leopardo; pero el nuevo
hombre en Cristo es otra criatura por completo.
C. H. Spurgeon - sermón #1328
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