sábado, 22 de diciembre de 2012

Aspectos de la Santidad



d) Las personas santas son mansas, benevolentes, pacientes, lentas para ‘afirmar sus propios derechos’. Vemos excelentes ejemplos de esto en Moisés cuando Aarón y María hablaron en contra suya (Números 12: 3), y en David cuando Simei lo maldijo (2 Samuel 16: 10).



e) Las personas santas no son indulgentes consigo mismas. Ellas no permiten que los malos deseos, los afectos indebidos o las inclinaciones inmorales controlen sus vidas. Tal como el propio Jesús advirtió a Sus seguidores: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida” (Lucas 21: 23).



f) Las personas santas están llenas de amor, de la clase de amor de la que habló Jesús en el Sermón del Monte y que Pablo describió  en 1 Corintios 13. ¡Donde hay amor, es imposible mentir, engañar, robar, y hacer daño a otras personas de cualquier manera!



g) La santidad es amor en acción. No se trata simplemente de no hacer daño; se trata de hacer el bien. Dorcas “abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía” (Hechos 9: 36). Pablo pudo escribir a los creyentes de Corinto: “Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo” (2 Corintios 12: 15).



h) La santidad busca la pureza de mente y de corazón. Una persona así sentirá horror por toda inmundicia de espíritu, y evitará cualquier cosa que pudiera conducirle a la impureza. ¿Quién podría descuidar estas cosas, cuando David (2 Samuel 11), un varón conforme a Su corazón, cometió un pecado tan serio? Bajo las antiguas leyes ceremoniales de Israel, quienquiera que simplemente tocara un hueso, o un cadáver, quedaba inmundo de inmediato a los ojos de Dios. ¡Pocos cristianos son alguna vez demasiado cuidadosos respecto a la pureza de mente y corazón!



i) La santidad consiste en sentir un profundo respeto por Dios y Sus caminos. Como un niño que desea comportarse de manera que agrade a los padres, así el creyente ama a Dios y quiere agradarle. Nehemías nos da un excelente ejemplo de esto cuando declina actuar de cierta manera diciendo: “Pero yo no hice así, a causa del temor de Dios” (Nehemías 5: 15). 
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad  
  



    

    






1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola hermano... le saludo desde San Luis Argentina. Quería pedirle si puede traducir el sermón 781 - Christos et Ego - desde ya muchas gracias!! Le mando un abrazo grande a usted y a los suyos. Que el Señor le guarde y le bendiga.
Martín