18 de Mayo – 1850
Recorrí el Distrito de la Estación. Cuando comencé, estaba mudo en lo que respecta a las cosas espirituales. Pronto sentí la operación del Señor en alguna medida. Bendito sea Su santo nombre por los siglos de los siglos, y todos los redimidos han de decir: ¡Amén! Suyo es el poder. ¡Amado, Tu belleza es perdurable! Es algo glorioso contemplarte. ¡Dame más de las visiones embelesadoras de Tu rostro, de las miradas de Tu amor, y más constante comunión Contigo! ¡Señor, dígnate moverte en la tierra, y trae a Tus elegidos de entre los condenados pecadores del mundo!
jueves, 16 de junio de 2011
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