9 de Mayo – 1850
Reunión de oración. El señor S., renunció. Bien, nosotros tenemos un mejor Pastor que no nos abandona ni nos abandonará. Realmente estoy profundamente abatido; mi lámpara pareciera sumirse en la oscuridad. ¡Señor, enciéndela y mantenla ardiendo! Yo sé que no puedo perecer nunca; ¡sin embargo, Señor, te pido que te agrade visitarme de nuevo para revivirme y sostenerme para que yo pueda honrarte más; hazme un eminente siervo Tuyo, y bendíceme con el poder de servirte, como Tu gran siervo Pablo!
jueves, 10 de febrero de 2011
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