domingo, 24 de febrero de 2008

Traducciones de los Sermones de Spurgeon

En el prefacio al Volumen 6 de los sermones, correspondiente al año de 1860, el señor Spurgeon afirma: “La Cabeza de la Iglesia ha abierto para nosotros otra puerta de utilidad, en la traducción de estos sermones al sueco, y en esa lengua los sermones han encontrado una muy amplia circulación; así que ahora hablamos en inglés, francés, galés, alemán y sueco, que son casi las únicas lenguas protestantes.”
En el prefacio al Volumen 7 de los sermones, correspondiente al año de 1861, Spurgeon comenta: “El sermón ‘Nadie sino Jesús’ ha sido traducido para los aborígenes de Nueva Zelanda, y algunos miles de ellos han sido distribuidos. La lectura de los sermones en Auckland, Nueva Zelanda, ha conducido a varias conversiones entre personas europeas y aborígenes.” “Selecciones de sermones sencillos han sido enviadas a las Islas Bahamas, a Bermuda y a otras islas de las Indias Occidentales, para uso de predicadores laicos, y de esta manera otra esfera de utilidad ha sido abierta para nosotros.”
En el prefacio al Volumen 8 de los sermones, correspondiente al año de 1861, el señor Spurgeon comenta: “una traducción al italiano de los sermones está ahora bajo seria consideración, y será producida probablemente durante el siguiente año. Por todas partes, de China y de Indostán, Australia, y África, de Brasil, Alemania y Francia, Florencia y Roma, hemos tenido noticias de bien procedente de los sermones.”
Como se puede ver, desde el principio, los mensajes del señor Spurgeon fueron traducidos a diversos idiomas. Una edición especial alemana fue lanzada por la Feria del Libro de Leipzig en 1861. Naturalmente, Spurgeon fue traducido de inmediato a las principales lenguas del continente europeo. También hubo traducciones al árabe, al chino, al polaco.
Un periódico, El Eco, reportó el 10 de Enero de 1888, que algunos sermones traducidos al ruso, habían recibido un sello de aprobación de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Un ministro de San Petersburgo, escribió en 1881 al señor Spurgeon, diciéndole: “usted es muy conocido entre los sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa, a quienes les llegan sus sermones traducidos, y es extraño decirlo, sé de casos en los que el Censor ha dado con suma facilidad su consentimiento para que sus obras sean traducidas, cuando ha estado muy renuente respecto a otras obras.” En las partes más remotas del vasto imperio del Zar, las obras de Spurgeon no solamente fueron conocidas, sino que promovieron la iluminación espiritual de la gente de una manera no menos impactante que gratificante.
Sabido es que a comienzos del sigo XX, en iglesias bautistas rusas que no tenían predicador, los sermones de Spurgeon eran leídos y sobrevino un avivamiento. Un señor de apellido Newton, de la Misión Bautista Alemana de Varsovia le escribió diciendo: “Creo que usted estará agradecido con el Señor al saber que aquí en Polonia, como en muchas otras partes, muchos de los miembros de la iglesia atribuyen su primer despertar religioso a la lectura de sus sermones.”

1 comentario:

Unknown dijo...

Por casualidad, ¿es de su conocimiento si el siguiente sermón de Spurgeon ha sido traducido al español?
http://www.spurgeon.org/sermons/0395.htm