Errar
es humano, arrepentirse es divino. El hombre puede cometer la iniquidad, pero aun saber que es una iniquidad como
para sentir su culpa, es un don de la gracia de Dios. Nosotros no tenemos nada
y no somos nada que no sea vil. Todo lo que es semejante a la Deidad, todo lo que aspira
hacia la rectitud y a la verdadera santidad, proviene del Altísimo.
C. H. Spurgeon - Las Primeras Palabras de Dios para el Primer Pecador. Sermón #3309 - Volumen 58
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