sábado, 20 de julio de 2013

La importancia de calcular el costo



2.   Voy a mostrar por qué es importante calcular el costo

Hay un grupo de personas para quienes calcular el costo de ser un verdadero cristiano es de gran importancia. No ignoran la religión. Saben mucho al respecto, pero su fe no es fuerte. Pudieran haber adquirido su conocimiento ‘de segunda mano’ y no por experiencia personal. Pudieran haber sido educados en una familia religiosa. Pero tales personas están en un verdadero peligro pues su religión requiere de poco esfuerzo de su parte. Cuando se aproximan al fin de la vida, y tratan de hacer algunos últimos esfuerzos para volverse a Dios, descubrirán que el arrepentimiento no es algo tan fácil como se habían imaginado. Esas personas tienen que ver algunos ejemplos en la Biblia de aquellos que no contaron el costo total de lo que Dios requería, y al final murieron en sus pecados.

a) Miles de los hijos de Israel perecieron en el desierto entre Egipto y Canaán porque no calcularon el costo. Abandonaron Egipto llenos de entusiasmo y celo. Habían pensado que poseerían la Tierra Prometida de inmediato. Pero cuando experimentaron algunas dificultades su entusiasmo los abandonó y su valor falló. No habían calculado el costo. Perdieron su fe y murieron en sus pecados.

b) Por no calcular el costo, muchos de aquellos que escucharon a nuestro Señor después de un tiempo “volvieron atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6: 66). Habían visto Sus milagros y pensaron que el reino de Dios llegaría de inmediato. Pero cuando descubrieron que tenían que creer en duras doctrinas y que realizar un duro trabajo, su fe colapsó. No habían calculado el costo.

c) Por no calcular el costo, el rey Herodes regresó a sus viejos pecados y destruyó su alma. Había oído predicar a Juan el Bautista y le había gustado lo que oía. Estaba interesado e incluso honraba a Juan como a un varón santo. Pero su fe no pudo controlar su lascivia, ni aceptar las críticas de sus invitados (Marcos 6: 19-28). No había calculado el costo de vivir según la santa enseñanza de Juan.

d) Por no calcular el costo, Demás abandonó a Pablo porque no estaba dispuesto a renunciar a su amistad con el mundo a cambio de la amistad de Dios. “Demas me ha desamparado, amando este mundo” (2 Timoteo 4: 10). Evidentemente Demas no había calculado el costo cuando se unió al equipo de obreros de Pablo.

e) Por no calcular el costo, muchas personas que oyen una predicación poderosa podrían dar la impresión de haber cambiado por un tiempo. Son motivados a alegar una experiencia espiritual que realmente no han conocido. Y cuando la novedad se ha desvanecido se apartan de la congregación de creyentes (Mateo 13: 20, 21). No calcularon el costo.

f) Por no calcular el costo muchas personas que parecieran ser convertidas en grandes avivamientos y en especiales ‘misiones evangelísticas’ no logran mantener su fe. No consiguen entender que la religión es algo más que una sensación de ‘venir a Cristo’. Cuando después de un tiempo descubren que hay que cargar una cruz, que nuestros corazones son engañosos y que Satanás está siempre cerca de nosotros, regresan a formas de vida carentes de Cristo. Realmente no contaron nunca el costo (Mateo 13: 20, 21).

g) Por no contar el costo, algunos hijos de padres cristianos a menudo no pueden desarrollarse como cristianos. Desde sus primeros años han conocido las verdades bíblicas pero sin experimentarlas realmente en ellos. Y una vez lejos del hogar comienzan a descubrir placeres mundanos y ya no tienen más tiempo para las cosas cristianas. No han calculado el costo. ¡Tal vez nunca se les dijo que había un costo!

Voy a atreverme a decir que sería bueno que el deber de contar el costo fuera enseñado con mayor frecuencia de lo que es. Se le debería decir honestamente a la gente qué es lo que están asumiendo, si expresan un deseo de servir a Cristo. No seamos como un deshonesto sargento reclutador del ejército que sólo habla acerca del uniforme, de la paga y de la gloria, y no dice nada acerca de los enemigos, de la batalla y de las heridas.
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad   





    
    

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